L D (EFE) Muchas novedades en ambos combinados al ser muchos los debutantes, circunstancia que se notó a medida que se fueron quemando los minutos, pues en los primeros compases del mismo el dominio fue para los españoles llegando a tener hasta rentas de cinco goles.
Poco a poco los rusos se fueron asentando en la pista y con buenas circulaciones de balón lograban frenar el juego rápido de los españoles que, aunque seguían llegando con facilidad a la portería de Kostygov, no lograban transformar sus acciones. Los rusos, conducidos por Egorov y Chipurin, lograban superar en los metros finales a los españoles, logrando igualar a ocho tantos, empate que obligó al técnico español a cambiar continuamente de táctica e intentar con ello romper la dura defensa de sus rivales.
Esos cambios le dieron resultado al seleccionador español y en el tramo final del primer tiempo lograba irse al descanso con tres tantos de ventaja, aunque la tónica de la continuación y los rusos, mucho más metidos en el partido, lograban que los españoles se volvieran a ir en el tanteador. Igualdad en la recta final del partido en la que los españoles no supieron aprovechar las exclusiones de sus rivales y tampoco una ocasión de oro cuando tan sólo falta 15 segundos para el final y marchaban con un gol de ventaja y posesión de balón que perdieron aprovechando los rusos para igualar a 28.
Así un partido entretenido con muchas alternativas en el marcador y en la pista, pues ambos técnicos introdujeron savia nueva en sus equipos, aunque en los momentos decisivos la experiencia de Egorov y Lozano, Garalda y Barrufet fue la clave para empatar.
Poco a poco los rusos se fueron asentando en la pista y con buenas circulaciones de balón lograban frenar el juego rápido de los españoles que, aunque seguían llegando con facilidad a la portería de Kostygov, no lograban transformar sus acciones. Los rusos, conducidos por Egorov y Chipurin, lograban superar en los metros finales a los españoles, logrando igualar a ocho tantos, empate que obligó al técnico español a cambiar continuamente de táctica e intentar con ello romper la dura defensa de sus rivales.
Esos cambios le dieron resultado al seleccionador español y en el tramo final del primer tiempo lograba irse al descanso con tres tantos de ventaja, aunque la tónica de la continuación y los rusos, mucho más metidos en el partido, lograban que los españoles se volvieran a ir en el tanteador. Igualdad en la recta final del partido en la que los españoles no supieron aprovechar las exclusiones de sus rivales y tampoco una ocasión de oro cuando tan sólo falta 15 segundos para el final y marchaban con un gol de ventaja y posesión de balón que perdieron aprovechando los rusos para igualar a 28.
Así un partido entretenido con muchas alternativas en el marcador y en la pista, pues ambos técnicos introdujeron savia nueva en sus equipos, aunque en los momentos decisivos la experiencia de Egorov y Lozano, Garalda y Barrufet fue la clave para empatar.