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Una diócesis italiana reconoce el milagro de la "Madonnina de Civitavecchia"

Un dossier de la diócesis de Civitavecchia confirma que el caso de la llamada Madonnina de Civitavecchia, que lloró sangre en catorce ocasiones hace diez años, es un “verdadero milagro”. El dossier, que será publicado en los próximos días, ratifica que "se ha verificado un evento que no tiene explicación humana y que remite al misterio de lo sobrenatural".

Un dossier de la diócesis de Civitavecchia confirma que el caso de la llamada Madonnina de Civitavecchia, que lloró sangre en catorce ocasiones hace diez años, es un “verdadero milagro”. El dossier, que será publicado en los próximos días, ratifica que "se ha verificado un evento que no tiene explicación humana y que remite al misterio de lo sobrenatural".
L D (EFE) El diario Corriere della Sera cuenta en su edición de este domingo que ha tenido acceso a un dossier que incluye numerosos documentos inéditos referidos a personas importantes, de gran responsabilidad en diferentes campos de la vida, "acostumbradas a medir las palabras y que en este caso no dudan en rendirse ante la realidad"."Todo, dicen de manera unánime, hace pensar que en ese rincón de la tierra (Civitavecchia, a 70 kilómetros al norte de Roma), a las puertas de la capital, se ha verificado un evento que no tiene explicación humana y que remite al misterio de lo sobrenatural", afirma el escritor católico Vittorio Messori, autor del texto.
 
Messorri, que dio forma al libro del papa Juan Pablo II "Cruzando el umbral de la esperanza", agrega que llama la atención el testimonio del obispo de Civitavecchia, Girólamo Grilli, "que pasó del más radical escepticismo a la aceptación del enigma" cuando en la mañana del 15 de marzo de 1995, mientras tenía en sus manos la estatua, de los ojos de ésta comenzó a salir sangre, que alcanzó hasta el cuello de la figura. El dossier incluye la documentación de todas las investigaciones realizadas, así como el informe del prestigioso experto mariano Stefano De Fiores, que al final afirma "aquí está la mano de Dios".

El caso de la Madonnina de Civitavecchia saltó a la luz publica el 2 de febrero de 1995, cuando Jessica Gregori, una niña de cinco años, notó lágrimas de sangre en la cara de la estatua de 43 centímetros de alta de una Virgen que les había traído de Medjugorje (Bosnia-Herzegovina) el párroco de la iglesia local de San Agustín, el sacerdote español Pablo Martín. Inmediatamente comenzaron las procesiones a Civitavecchia para "ver el milagro", por lo que se abrió una investigación.
 
El 10 de febrero de 1995 un análisis hecho por expertos del Policlínico Gemelli -hospital católico- de Roma señala que se trata de sangre humana con caracteres masculinos. La estatua fue guardada en un armario del obispado y el 15 de marzo, cuando el obispo Grilli la sacó delante de otras tres personas, la estatua volvió a "llorar sangre" en sus manos. En total, fueron catorce veces las que la Madonnina lloró sangre.

La imagen de yeso fue confiscada por la magistratura durante varios meses en 1995 y a mediados de ese año, tras ser levantada la confiscación, fue colocada definitivamente en la iglesia de San Agustín, de la barriada Pantano. El Vaticano en estos años ha mantenido silencio sobre el caso.

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