Deutsche Telekom remarca el futuro incierto de sus divisiones extranjeras tras hacerse con T-Online

L D (Agencias) Actualmente, Deutsche Telekom posee el 73,9 por ciento del capital de T-Online. Otro 5,7 por ciento se encuentra en manos del grupo francés Lagardere y el 20,4 por ciento restante está esparcido entre varios inversores, informa la agencia Efe.

 

La compañía informó de que ofrecerá a los accionistas canjear sus títulos de T-Online por valores de Deutsche Telekom. A los que deseen desprenderse de sus acciones se ofrecerán 8,99 euros por cada título, el mismo precio con que cerraron el viernes en Fráncfort.

 

Los planes de la empresa contemplan concluir la absorción total de T-Online a mediados de 2005.

 

Según destaca Reuters, una vez tomado el control absoluto de T-Online, Deutsche Telekom está reflexionando sobre el futuro de su negocio en Internet, reconoció su director ejecutivo.  Kai-Uwe Ricke aseguró que aún “no se ha tomado ninguna decisión sobre nuestros negocios en España y Francia. Continuamos examinando nuestra estrategia aquí".

 

Ricke también señaló al periódico Welt am Sonntag que T-Online continuará como parte independiente de Telekom y que el directivo de T-Online Rainer Beaujean mantendrá su puesto de trabajo.

 

 

Ante la nueva situación, el Estado alemán venderá a inversores institucionales el 7 por ciento de las acciones de la operadora Deutsche Telekom valoradas en unos 4.450 millones de euros (5.518 millones de dólares), informaron hoy fuentes oficiales. La operación se hará a través del Banco de Crédito para la Reconstrucción (KfW) y abarcará la venta de 3.000 millones de euros (3.720 millones de dólares) en acciones, además de 1.000 millones de euros (1.240 millones de dólares) en "warrants" (bono garantizado), que podrán ser canjeados por títulos de Deutsche Telekom.

 

El Gobierno germano, que posee el 43 por ciento de esta operadora, ha ofrecido sus acciones a un valor unitario entre 15,05 euros y 15,20 euros. Estos títulos se pagaban hoy por la mañana a 15,12 euros en la bolsa de Fráncfort. La transacción forma parte de la estrategia de varios países europeos, como España, Francia, Holanda e Italia, de reducir la deuda pública a menos del 60 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), tal como exige la Unión Europea.