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Filipinas decreta la alerta máxima tras los atentados terroristas sincronizados en Manila y Mindanao

El Ejército y la Policía de Filipinas están en el máximo grado de alerta tras los atentados sincronizados del lunes en Manila y dos ciudades de la isla de Mindanao que causaron al menos nueve muertos y más de un centenar de heridos. Los cuerpos de seguridad del Estado han sido muy criticados por fracasar en evitar los atentados de este lunes pese a las informaciones que vaticinaban una masacre.

LD (EFE) El director general de la Policía Nacional de Filipinas, general Edgar Aglipay, informó de que el Gobierno ha ordenado reforzar la seguridad de instalaciones gubernamentales y comerciales, entre ellas aeropuertos, puertos, terminales de autobuses, el metro de Manila y otros lugares públicos.
 
Los cuerpos de seguridad del Estado han sido muy criticados por fracasar en evitar los atentados de este lunes, pese a las informaciones que vaticinaban una masacre. Incluso, fuentes oficiales comentaron que la propia presidenta del país, Gloria Macapagal Arroyo, reprendió a los directores de la Policía y las Fuerzas Armadas.
 
Aglipay admitió que habían recibido informaciones de los servicios de inteligencia de que se preparaban agresiones terroristas en Davao, General Santos, Zamboanga y la propia Manila el catorce de febrero. Y precisamente el Día de San Valentín, sobre las seis y media de la tarde, hora local, estalló la primera bomba en una terminal de autobuses de Davao, a unos 1.010 kilómetros al sur de Manila, que causó la muerte a un niño de doce años y heridas a otras siete personas.
 
Otra bomba en el exterior de un centro comercial de General Santos, a unos 1.080 kilómetros al sureste de Manila, explosionó unos quince minutos después, con un saldo de cuatro muertos y 33 heridos. El siguiente atentado mortal ocurrió pasadas las siete de la tarde en la capital filipina, cuando hizo explosión una bomba colocada en un autobús de transporte repleto de personas que transitaba por Makati, el corazón financiero de Manila. Otros cuatro filipinos perdieron la vida y más de 60 resultaron heridos por la explosión.
 
Un supuesto portavoz del Abú-Sayyaf, un grupo terrorista que EEUU y Filipinas vinculan con la red Al-Qaeda, reclamó la autoría de los atentados poco después de las explosiones mediante una llamada telefónica a una emisora de radio local. La hipótesis oficial es que estos atentados se perpetraron para reducir la presión militar sobre los ochocientos musulmanes que se alzaron en armas el siete de febrero en Joló.

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