L D (EFE) La cancelación confirma los problemas económicos que comienzan a afectar a los deportes profesionales en Estados Unidos. A pesar de los últimos intentos por parte de los dueños de los equipos y del sindicato de jugadores para ceder en sus respectivas reivindicaciones con vistas al nuevo convenio colectivo, al final las diferencias económicas y reivindicativas han seguido siendo amplias y al comisionado no le ha quedado otra opción que oficializar la falta de acuerdo.
La NHL se convierte en la primera liga profesional en Estados Unidos que se pierde la competición completa de una temporada por falta de acuerdo laboral, lo que la convierte en la primera huelga oficial. De acuerdo a los libros de registro de la NHL, sólo en 1919 no hubo un campeón de la Stanley Cup por culpa de la epidemia de gripe que afectó a veinte millones de personas y que forzó a que no se pudiesen disputar los últimos dos partidos de la serie de campeonato al mejor de siete.
"Cada uno en la NHL le debemos a nuestros aficionados una disculpa y realmente nos sentimos mal por lo que ha sucedido...", señala Gary Bettman, quien ha reconocido que estaba viviendo el peor día de su carrera profesional. Pese a ello, también dice que su deber era anunciar la falta de entendimiento entre ambas partes y cancelar la competición para la temporada 2004-05.
Los dueños de los 30 equipos también erab informados de la decisión para que pudieran convocar conferencias de prensa y lo mismo el sindicato de jugadores, que representa a 700 profesionales. El anuncio de Bettman ha puesto punto y final a cinco meses de intensas negociaciones para conseguir la renovación de un convenio colectivo en el que los dueños querían establecer nuevas bases económicas para el deporte después de haber perdido la pasada temporada 280 millones de dólares. La experiencia vivida dentro de la NHL puede repetirse también en la negociación del nuevo convenio colectivo que ya tienen en marcha los representantes de la NBA con el sindicato de jugadores.
El incremento cada vez mayor del coste de las nóminas de los jugadores profesionales, que exigen contratos multimillonarios, ha ido dejando cada vez menos margen de ganancias a los dueños de los equipos que han invertido importantes cantidades de dinero y no quieren al final de la temporada tener perdidas o unos beneficios inferiores a los que pensaban conseguir.
Los jugadores profesionales, a través de sus respectivos sindicatos, piden cada día mayor participación en el reparto de beneficios y otras mejoras laborales y no están dispuestos a reducir de forma considerable el valor de los contratos actuales. El último intento de los directivos de la NHL para tratar de evitar la huelga fue la propuesta de incrementar el tope salarial de 40 millones de dólares a 42,5, pero el sindicato la rechazó porque quería que fuese de 52 millones.
Bettman era el que le trasmitía la oferta al director del sindicato, Bob Goodenow, pero también le dejaba muy claro que no había ya más margen de negociación. "Esta oferta no es una invitación para que se inicien las negociaciones porque ya es un poco tarde para eso," comentaba Bettman en la carta a la que tuvieron acceso varios medios de comunicación locales. El comisionado reiteraba que era el final de un camino de ofrecimientos razonables para conseguir un acuerdo que beneficie a todas las partes.
Goodenow le respondió a Bettman que había sido muy "frustrante" ver la oferta que le había mando por fax y le reiteró que estaban dispuestos a seguir en las negociaciones para superar lo que se cree que era una diferencia económica de 6,5 millones de dólares. Los dueños ya habían cerrado los campos de entrenamiento desde el pasado 15 de septiembre, después de informar que habían perdido 500 millones de dólares durante las dos últimas temporadas y querían que en el nuevo convenio colectivo se estableciese un sistema económico diferente. La base era que se relacionasen el costo completo de las nóminas de los jugadores y beneficios con el porcentaje del margen de ganancias que debe tener la liga.