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Terminan las Fallas 2005 con una espectacular "cremá"

Las Fallas de Valencia terminan un año más con la quema de los más de 750 “monumentos”, verdaderas obras de arte, repartidos por toda la ciudad, en una “cremá” controlada, que ha satirizado todos los aspectos de la realidad que los diestros artesanos han plasmado en cartón y madera. El culmen de la fiesta llegó con la quema de la falla oficial de la plaza de Ayuntamiento, una alegoría al mundo del arte pictórico que ha ardido sobre las 1.30 horas del domingo ante la atenta mirada de decenas de miles de personas.

Las Fallas de Valencia terminan un año más con la quema de los más de 750 “monumentos”, verdaderas obras de arte, repartidos por toda la ciudad, en una “cremá” controlada, que ha satirizado todos los aspectos de la realidad que los diestros artesanos han plasmado en cartón y madera. El culmen de la fiesta llegó con la quema de la falla oficial de la plaza de Ayuntamiento, una alegoría al mundo del arte pictórico que ha ardido sobre las 1.30 horas del domingo ante la atenta mirada de decenas de miles de personas.
L D (EFE) En la sección especial, la falla “Ser o no ser”, realizada por el artista Pedro Santaeulalia para la comisión de Pediatra Jorge Comín-Serra Calderona, más conocida como Nou Campanar, fue esta vez la protagonista al repetir, por segundo año consecutivo –algo inédito en la historia fallera—, el doblete de la máxima categoría, al vencer tanto en grande como en infantil. El alto coste, 360.000 euros –el mayor de la historia—, que ha destinado esta comisión con tan sólo 3 años de antigüedad ha servido la polémica, pues las más "veteranas" –pero con presupuestos más contenidos— mostraron notoriamente su desacuerdo con el jurado que otorgó los premios.
Los “ninots” han costado esta año casi ocho millones de euros (entre grandes e infantiles) y han supuesto una visión crítica y sarcástica de las noticias más destacadas de 2004 y el repaso a la historia de los últimos siglos. Los dos únicos "ninots" que este año han sido indultados por el público son la figura "perro lazarillo" realizada por José Puche para la falla Exposición-Micer Mascó, y, en el apartado infantil, el grupo de arlequines de Roberto Parra para la falla Avenida Malvarrosa-Ponz Cavite.

La “cremá” de los “ninots” infantiles comenzó a las 22.00 horas del sábado, mientras que los grandes comenzaron a arder en torno a la media noche, provocando las tradicionales lágrimas de las falleras, entre la emoción de grandes y pequeños. "¿Es necesario que se quemen? No lo entiendo, con lo que cuesta crearlas y lo bonitas que son", confesaba esta noche un turista portugués quien con su esposa aseguraba haber visto todas las fallas "importantes" de este año.
 
La Fallera Mayor, Gueguel -"alegría" en armenio- Massmanian, acompañada por su homóloga infantil, Cristina Sánchez, fue quien dio la orden pirotécnica de que comenzara la "cremá" de la falla municipal ante la presencia en el balcón consistorial, entre otras autoridades, de la alcaldesa, Rita Barberá; el presidente de la Generalidad, Francisco Camps; y el Defensor del Pueblo, Enrique Múgica.

Durante diecinueve días, Valencia ha convivido con "mascletaes" –dieciocho, debido al luto nacional del 11-M—, fuegos artificiales, verbenas, ofrendas florales, pasacalles y concursos de paellas, todo ello aderezado con el colorido de los trajes típicos valencianos, la música de las populares bandas de la provincia y el olor de los buñuelos en cada calle de la ciudad.

Además, el programa oficial de festejos, que no cambiaba desde hacía décadas, cambió la filosofía de la cabalgata satírica del Ninot, introdujo este año en los "días grandes" la cabalgata "folclórica" (antiguamente "del Reino") y creó la del "fuego", esta última destinada al turista que no tenía ninguna oferta festiva para la tarde del día de San José.

Unos trescientos bomberos –medio centenar invitados de Italia y Andorra— se repartieron este año entre 42 comisiones para controlar la propagación del fuego y repasar las fachadas más próximas, mientras que en las otras trescientas fallas, sus miembros han de vigilar que el fuego no pase de festivo y purificador a problemático.

Este año se ha notado un más que notable aumento de turistas con respecto a 2004, cuando la tragedia del 11-M marcó tanto el devenir de los propios festejos –acabaron el 21 de marzo para recuperar los dos días intermedios de luto— como la llegada de gente a Valencia.

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