L D (Agencias) Los hombres de Xesco Espar, que había preparado con todo detalle, ambiente incluido, este partido de ida, mostraron una gran concentración a lo largo de todo el encuentro y no permitieron que el conjunto local tomase rentas que llevasen al nerviosismo. La defensa estuvo seria en todo momento y pese a los problemas para sujetar a Rutenka (11 goles), supo anular en muchos momentos el ataque del Celje para sacar un resultado que abre las puertas de la final para el equipo catalán, al que ahora le quedan 60 minutos en el Palau para remontar este resultado adverso.
El actual campeón de la Champions lo intentó desde el principio, apoyado por un público entregado a sus jugadores y con la intención de llevarle en volandas hacia una victoria más en su inaccesible cancha. Liderado por Rutenka y Zorman, el Celje logró tener tres goles de renta como máxima diferencia en los primeros 30 minutos, pero el Barça no aceleró su juego y las paradas de Barrufet y Peric, más los lanzamientos de Laszlo Nagy, mantenían las opciones de los de Espar al término de la primera mitad (16-15), gracias a un postrero gol de Iker Romero.
En la segunda mitad no cambió demasiado el panorama. El segundo clasificado de la Liga Allianz-Asobal no acusaba su duro partido del miércoles ante el Portland San Antonio, y en los inicios no pasaba apuros.
El Barça llegó a tener opciones de ponerse por delante en el marcador, pero a partir de ahí, el Celje, donde Koksarov empezaba a unirse a Rutenka, decidió apretar los dientes para viajar a Barcelona con ventaja.
Ahí, la permisividad de los colegiados griegos empezó a afectar al ataque visitante que vio como el trío Rutenka-Zorman-Koksarov no perdonaba y amenazaba con romper la eliminatoria. Iker Romero (10 goles) ayudó en esos decisivos momentos, pero la última posesión azulgrana no encontró gol y ahora la magia del Palau deberá decidir.