(Libertad Digital) El que fuera director general de la Guardia Civil con Felipe González en el Gobierno lleva tres semanas en huelga de hambre en la prisión abulense de Brieva. Es una medida de protesta por la pérdida del tercer grado penitenciario. La Audiencia Provincial de Madrid le exige que devuelva los cerca de 12 millones de euros que sustrajo del Estado. En una carta remitida a El Mundo, explica que eso no es posible porque el dinero que sacó de España no está en sus manos sino en las del que fuera su testaferro, Francisco Paesa.
Roldán expone que Paesa, ayudado por sus sobrinos, también se llevó todo el dinero depositado en cuentas de España y explica que lo consiguió gracias a un acuerdo con el entonces ministro de Interior y Justicia, Juan Alberto Belloch, a cambio de la entrega del ex director general de la Guardia Civil. "Paesa, citado por la juez Ferrer, compareció ante ella y manifestó que el dinero del Aresbank transferido fuera de España era suyo. Ni la juez ni el fiscal tomaron ninguna medida. ¿Era el pacto Belloch-Paesa? ¿No actuó la policía por eso cuando negoció con él en 1995? Añade que "tras esto que está tan claro y vidente, ¿cómo se me puede exigir el dinero? ¿Hay alguien a estas alturas que piense que Paesa me lo va a entregar a mí?
El que fuera máximo responsable de la Benemérita acusa a la Justicia de no tener interés alguno en detener a Paesa, después de que El Mundo desvelara que está vivo y que reside en Luxemburgo. Y concluye: "No pararé hasta morir por inanición. ¿Servirá esto para algo? Me temo que para nada. (...) Tengo ya 62 años, no tengo jubilación como Vera, no me dejan salir a trabajar. ¿Y los demás? Bayo y Dorado, en libertad hace dos años. ¿Les han pedido que devuelvan la vida de Lasa y Zabala para darles el tercer grado? (...) Nadie mejor que tú sabe que en la calle soy una bomba que quiere explotar. Nadie mejor que tú sabe que el estar aquí es quitarle la espoleta".
En cuanto a su determinación a morir de inanición, su abogado, Agustín Guardia, afirma que el ex director de la Guardia Civil padece “anorexia primaria”, no tiene ganas de comer y “se encuentra a base de líquidos y yogures” desde hace aproximadamente unas dos semanas. Por su parte, los médicos que le examinan diariamente concluyen que su estado de salud es “bueno” y sólo “ha perdido tres kilos”.