L D (EFE) A pesar del excelente resultado, los leoneses huyen del exceso de confianza después del varapalo que sufrieran la temporada pasada cuando ganaron por una renta de 13 goles al Celje Pivovarna esloveno, pero luego perdieron la eliminatoria a domicilio y eso llevó en volandas a su rival hasta el título de la Liga de Campeones. Pero el Zagreb no es el Celje, pese a sus cinco campeones mundiales y olímpicos con Croacia, porque su veteranía y escaso banquillo acabó pasándoles factura en la segunda mitad en la que fueron humillados por el conjunto de Manolo Cadenas.
Y eso que no pintaron nada bien las cosas en un principio para un Ademar, precipitado en ataque, pero sobre todo muy blando en su defensa 6-0, que era fácilmente superada por un conjunto croata que jugaba a su antojo, gracias a un ritmo lento en el que el veterano Slavko Goluza se movía a su antojo. Ello propició una primera renta preocupante para el Zagreb (2-5, minuto 5), que tan solo fue un toque de atención para que el equipo leonés ajustara su defensa y, primero igualara el encuentro, pero posteriormente con la entrada de Vatne -que reaparecía tras un mes- y Castresana, fortificó su defensa, a lo que posteriormente añadió el cambio a un 5-1 con García Parrondo de adelantado.
Un parcial de 4-0 llevaba el regocijo a las gradas, pero de inmediato contestaron los croatas para dejar el marcador al descanso en un igualado 16-15, después de que Kristian Kjelling transformara una pena máxima con el cronómetro a cero y tras las airadas protestas del técnico Lino Cervar. La segunda mitad dejó bien a las claras el poderío físico de un Ademar que destrozó a su rival, primero con un ataque efectivo al máximo en el juego estático y luego con certeros y continuos contragolpes que solo hacían que aumentar más y más la ventaja. El Zagreb se entregó al equipo leonés que podía haber hecho más herida.
Y eso que no pintaron nada bien las cosas en un principio para un Ademar, precipitado en ataque, pero sobre todo muy blando en su defensa 6-0, que era fácilmente superada por un conjunto croata que jugaba a su antojo, gracias a un ritmo lento en el que el veterano Slavko Goluza se movía a su antojo. Ello propició una primera renta preocupante para el Zagreb (2-5, minuto 5), que tan solo fue un toque de atención para que el equipo leonés ajustara su defensa y, primero igualara el encuentro, pero posteriormente con la entrada de Vatne -que reaparecía tras un mes- y Castresana, fortificó su defensa, a lo que posteriormente añadió el cambio a un 5-1 con García Parrondo de adelantado.
Un parcial de 4-0 llevaba el regocijo a las gradas, pero de inmediato contestaron los croatas para dejar el marcador al descanso en un igualado 16-15, después de que Kristian Kjelling transformara una pena máxima con el cronómetro a cero y tras las airadas protestas del técnico Lino Cervar. La segunda mitad dejó bien a las claras el poderío físico de un Ademar que destrozó a su rival, primero con un ataque efectivo al máximo en el juego estático y luego con certeros y continuos contragolpes que solo hacían que aumentar más y más la ventaja. El Zagreb se entregó al equipo leonés que podía haber hecho más herida.