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El juez imputa 180 intentos de asesinato a los etarras detenidos en Nochebuena

El juez de la Audiencia Nacional Guillermo Ruiz Polanco ha ordenado el ingreso en prisión incondicional de los etarras Gorka Loran y Garikoitz Arruarte, detenidos el día de Nochebuena cuando ultimaban los preparativos para hacer volar el tren de pasajeros San Sebastián-Madrid cuando llegara a Madrid.

L D (EFE) A cada uno de ellos les ha imputado 180 delitos de tentativa de asesinato, tantos como pasajeros iban en el tren en el que querían colocar más de 50 kilos de explosivos.

Según fuentes jurídicas, además del atentado contra el tren, a los detenidos se les imputa la colocación de la bomba que estalló la tarde del 23 de diciembre junto a la vía férrea en Pedrola (Zaragoza) y la que fue hallada en Samper de Calanda (Teruel).

Esta última fue localizada con la ayuda del propio Garikoitz Arruarte, que dibujó un croquis del lugar en el que había escondido el artefacto y acompañó a los miembros de las Fuerzas de Seguridad que lo buscaban. Según se supo ahora, esta última bomba estaba programada para explotar a las seis de la tarde del próximo 31 de diciembre, día de Nochevieja, y no en Nochebuena como se dijo en un principio.
 
Se busca a Josu Oiaga y a Ane Biurraren

El magistrado, que además de las tentativas de asesinato imputa a los detenidos los delitos de pertenencia a banda armada, terrorismo, depósito de armas de guerra y tenencia de explosivos, ha dictado asimismo órdenes de busca y captura contra Josu Oiaga y Ane Biurraren Zubiarrain, dos presuntos colaboradores de los detenidos Gorka Loran y Garikoitz Arruarte.

Aunque Loran y Arruarte se han negado a declarar ante el juez, de sus manifestaciones ante la Policía se desprende que Ane Biurraren les prestó el vehículo, un Opel Frontera propiedad de su padre, con el que trasladaron los explosivos que varios terroristas a sueldo de ETA –los llamados "liberados"– les entregaron el pasado mes de octubre, y que Josu Oiaga les dejó el garaje para ocultarlos a la espera de colocarlos en el tren.

Los dos etarras no han reconocido a quienes les entregaron los explosivos en Francia para cometer estos atentados, pero sí han identificado fotográficamente a Ainhoa García Montero, alias "Laia", y a Ibon Fernández Iradi, alias "Susper", como los dos dirigentes etarras que les captaron para la banda y con los que mantuvieron varias citas en el país vecino.

"Visiblemente nerviosos" al comprar los billetes

Arruarte fue detenido en la mañana del pasado día de Nochebuena en la estación de San Sebastián, cuando iba ataviado con una peluca de color castaño caoba, larga y ondulada, un gorro de lana negro y unas gafas simuladas, y llevaba consigo un teléfono móvil y una maleta Samsonite gris con ruedas cargada con 28 kilogramos de explosivo.

En su poder se hallaron cuatro billetes de tren: dos de ida para el Intercity con salida de San Sebastián el día 24 a las 8.32 horas y llegada a Madrid a las 15.12 horas y otros dos de vuelta para el ferrocarril que saldría de Madrid a las 22.45 horas del día de Navidad y llegaría a la capital guipuzcoana a las siete de la mañana del día 26.

Loran y Arruarte habían consultado en Internet la disponibilidad de billetes para esos trenes, pero finalmente decidieron comprarlos en ventanilla –momento en el que estaban "visiblemente nerviosos", según las fuentes consultadas– donde les dieron los asientos 61 de ventanilla y 63 de pasillo del vagón número 2, en el departamento de no fumadores, para el Intercity con destino a Madrid.

La intención de los presuntos etarras, sin embargo, no era viajar en el convoy, ya que en un disquete informático que les ha sido intervenido habían detallado hora a hora las actividades que iban a desarrollar –tras llegar a la estación debían "preparar el trasto en el baño"– y en el mismo figura que tenían previsto volver en taxi a sus respectivos domicilios.

Gorka Loran sí consiguió dejar la bomba

Mientras Arruarte era detenido por la Policía, Loran sí consiguió acceder al tren y colocó su maleta –con otros 25 kilogramos de explosivos– entre dos asientos, que reservó dejando encima de ellos unas revistas de esquí, aunque más tarde se dio cuenta de que el vagón disponía de portaequipajes, y volvió a coger la maleta para colocarla allí. Cuando bajó del tren, Loran intentó llamó varias veces al móvil de su compañero, que no contestó porque ya había sido detenido, y al no lograrlo decidió volver a su domicilio de Hernani (Guipúzcoa), donde fue detenido poco después.

Las fuentes consultadas señalaron que las maletas con los explosivos llevaban incorporado un walkman que debía activarse cuando saltara el temporizador, 45 minutos antes de la hora fijada para la explosión y 120 segundos antes de que el tren llegara a la estación de Chamartín, y que estaba conectado a unos altavoces a través de los cuales se escucharía el siguiente mensaje: "Atención. Les hablo en nombre de ETA. Dos bombas harán explosión en este tren dentro de 45 minutos. Salgan inmediatamente". El casete, sin embargo, se había quedado sin pilas.

Arruarte llevaba también un disco compacto en el que se había grabado un mensaje similar –"Hablo en nombre de ETA. Hay dos bombas en el Intercity número... Explotarán dentro de 45 minutos"– aunque dijo a la Policía que pensaba advertir del atentado personalmente mediante una llamada de teléfono móvil que pensaba efectuar a las 15.10 horas desde la playa donostiarra de Ondarreta.

En ETA desde marzo de 2000

Los dos detenidos habrían ingresado en ETA en marzo de 2000, meses después de haber contestado afirmativamente a una carta de la organización terrorista en la que se les proponía colaborar. En junio de ese año mantuvieron una cita con "Laia" y otros "liberados" en el monte Adarra, en el término municipal de Andoain (Guipúzcoa), y acordaron formar un comando que ni siquiera recibió nombre y que no llegó a llevar a cabo ninguna acción terrorista.

Después perdieron el contacto con la banda, pero lo reanudaron este año, cuando en octubre les fueron entregados los explosivos en la sierra de Aralar (Navarra), donde también recibieron un cursillo sobre su manejo que no duró más de 45 minutos. Fue en esa cita donde a Arruarte y Loran –que en el momento de su detención llevaban dos pistolas, dos cargadores y 32 cartuchos– se les ordenó atentar contra el Intercity y colocar dos artefactos en las líneas férreas Logroño-Zaragoza y Zaragoza-Tarragona.

Además, a los detenidos se les han intervenido informaciones, en su mayoría poco elaboradas y consistentes en simples recortes de prensa, sobre la empresa Cementos Portland, una profesora de Ciencias de la Información de la Universidad de Navarra, el dueño de la cadena de tiendas de ropa "Zara", Amancio Ortega, el jefe de la comandancia de la Guardia Civil de Pamplona y parlamentarios y concejales navarros. Sólo en el caso del director y de varios periodistas del "Diario de Navarra", que ya han sido advertidos, los presuntos etarras habían averiguado sus domicilios.

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