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JUICIO A LOS PRESOS QUE SE FUGARON EN 2001 EN LÉRIDA

Brito y Picatoste admiten todos los delitos menos la violación

Rodeados de fuertes medidas de seguridad, Brito y Picatoste han declarado ante la sección tercera del alto tribunal, acusados de quebrantamiento de condena, tenencia ilícita de armas, atentado contra agentes de la autoridad, asesinato, detención ilegal, violación y otros delitos por los que la Fiscalía pide un total de 172 años de prisión. En un tono desafiante y con mucha sangre fría ambos acusados se han repartido la responsabilidad de los hechos cometidos durante el mes que duró su huida.

L D (EFE) Picatoste ha asumido la autoría del atentado a los dos mossos d'esquadra que custodiaban a Brito durante su traslado al Hospital Arnau de Vilanova de Lérida, donde el 14 de octubre de 2001 fue ingresado desde la prisión de Ponent tras autolesionarse en un brazo. "Yo fui quien decidió llevar un arma, por mi propia seguridad, y ni siquiera Brito lo sabía", ha asegurado el acusado, quien ha añadido que no tenía previsto utilizarla pero tuvo que hacerlo, "aunque no con la intención de matar a nadie", cuando vio que frente el hospital había más agentes de los que esperaba encontrarse en un principio.

Francisco Javier Picatoste hirió de sendos disparos a los dos mossos. Uno de los agentes, que estaba en prácticas, se quedó parapléjico, y ahora pide a la Generalidad que le indemnice con 1,8 millones de euros por las secuelas que le han quedado de por vida. Tras dejar a los dos policías malheridos, Brito y Picatoste se marcharon en un coche marca BMW robado e iniciaron una huida que duró 32 días, hasta que fueron detenidos en la carretera de la Arrabassada el 16 de noviembre.

Durante ese tiempo, los presos fugados se trasladaron desde Lérida hasta Barcelona, donde pasaron varias semanas escondidos en la sierra de Collserola con la ayuda de otros cinco acusados, para quienes la Fiscalía pide entre 6 meses y 37 años de prisión por haberles proporcionado armas, coches, cobijo y alimentos durante los días que permanecieron ocultos. La noche del 13 de noviembre, en la carretera de Cerdanyola, los dos delincuentes asaltaron a una joven pareja que se encontraba dentro de su coche, con la intención de robar el vehículo. Mataron al chico y violaron a su novia.

Pese a que las pruebas periciales dicen que el joven recibió nueve disparos y el cargador del revolver de Brito sólo tenía seis balas, este acusado ha asumido la autoría del asesinato y ha exculpado a su amigo, al manifestar que fue sólo él quien "instintivamente" disparó toda su munición contra el chico, cuando éste intentó huir con el vehículo dando marcha atrás. Picatoste ha apoyado la versión de su compañero de fuga al asegurar que él sólo disparó "una o dos veces al aire", y que fue Brito quien vació su cargador contra la víctima.

Después de asesinar al joven, los dos convictos se llevaron a la chica hacia una zona boscosa, la amordazaron y la ataron a un árbol. Las acusaciones imputan a Brito la violación de la chica. Este, en cambio, lo ha negado con rotundidad. "Ni siquiera la toqué", ha asegurado. Sin embargo, Picatoste sí cree que su compañero la violó, aunque ha dicho que no pudo ver nada, porque después de dejar atada a la chica empezó a caminar campo a través sin percatarse de que Brito no le seguía.

"Le pregunté si le había hecho algo y Brito me dijo que sólo la había tocado y olido un poquito. Cuando oí por la radio que la chica había sido violada estuve a punto de matarle, pero yo no vi si lo hizo. Si llego a verlo, él no estaría aquí ahora mismo, y lo sabe", ha declarado Francisco Javier Picatoste, quien ha apostillado que Brito dejo de ser su amigo tras conocer que se había convertido en un violador.

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