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FÚTBOL NACIONAL

Los entrenadores jóvenes y los llegados de Sudamérica suceden en los banquillos de Primera a los clásicos

Una generación emergente de entrenadores, una tendencia transoceánica y una saga de reconocidos profesores sin escuela donde instruir: éstas son las líneas maestras que definen a grandes trazos la situación de los banquillos españoles en el comienzo de la temporada 2005/06 en Primera División. Eso sí, tampoco ha habido revolución durante el verano. Trece de veinte equipos han confiado en los técnicos de la pasada campaña para iniciar la inminente.

Una generación emergente de entrenadores, una tendencia transoceánica y una saga de reconocidos profesores sin escuela donde instruir: éstas son las líneas maestras que definen a grandes trazos la situación de los banquillos españoles en el comienzo de la temporada 2005/06 en Primera División. Eso sí, tampoco ha habido revolución durante el verano. Trece de veinte equipos han confiado en los técnicos de la pasada campaña para iniciar la inminente.
L D (EFE) Ver una Liga sin Vicente del Bosque, sin Javier Irureta, sin Víctor Fernández o sin Javier Clemente, los últimos técnicos que han ganado títulos en España, sorprende. Pero son los nuevos tiempos donde se busca un perfil diferente: gente joven, eso sí y que gane mucho menos dinero que estos técnicos consagrados. Quique Sánchez Flores se ha convertido en algo más que el candidato a borrar de Mestalla la sombra de éxitos que dejó Rafa Benítez, ahora en el Liverpool. La buena temporada realizada el pasado año en Getafe, en su primera experiencia en Primera, sirvió para que un grande del fútbol español se fijase en él.

Quique tiene la misión de devolver al Valencia a la lucha por las competiciones nacionales e internacionales y hacer olvidar la convulsa temporada pasada en el club del Turia. En esta generación de neonatos técnicos también se encuentra Ernesto Valverde, que en las dos últimas campañas mantuvo al Athletic de Bilbao en la parte alta de la clasificación. Pero el extremeño decidió no renovar con el conjunto vasco, no cerró ningún acuerdo con los clubes que le pretendieron y comenzará la Liga sin equipo.

Con la receta común de haber sido discípulos de Javier Clemente en la selección nacional, los Luis Enrique, Guillermo Amor, Pep Guardiola, Vicente Engonga o Albert Ferrer ya sueñan con dirigir en Primera. Otro de los trazos que caracterizará el comienzo de la competición es la pincelada sudamericana. Ejemplos de esta hornada son el chileno Manuel Pelegrini, que ha metido al Villarreal en la Liga de Campeones, y el uruguayo Víctor Espárrago, con quien el Cádiz ha logrado el ascenso de categoría.

Bajo esta corriente, el Atlético de Madrid ha confiado su futuro inmediato al argentino Carlos Bianchi. Ganador de tres Copas Libertadores (2000, 2001 y 2003) y dos Intercontinentales (2000 y 2003) con Boca Juniors, el "virrey" tiene la misión inminente de conquistar el Vicente Calderón. Otros tres banquillos estarán ocupados por nombres originarios de la otra orilla del Atlántico: el mexicano Javier Aguirre sumará su cuarta temporada consecutiva en Osasuna; el argentino Héctor Cúper también repetirá en Mallorca tras salvar a los bermellones del descenso la pasada campaña; y el brasileño Wanderlei Luxemburgo, que llegó en enero, tiene la misión de devolver al Real Madrid a la senda de los títulos.

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