L D (Europa Press) En la quinta sesión del juicio que se celebra contra él en la sección segunda de la Audiencia de Valencia, Maeso indicó que había dicho a "algunos pacientes, antes de anestesiarles, que estaba afectado por el virus de la hepatitis C" en el hospital de la Fe cuando solamente trabajaba en este centro. Antes había compaginado su actividad en el centro público con su trabajo en otras clínicas como la Casa de la Salud, de donde ya le habrían vetado su entrada.
Uno de estos pacientes, dijo Maeso, era una facultativa que dio a luz en el hospital y que, "como era médico", se lo contó. El procesado estuvo trabajando en la Casa de la Salud hasta el 3 de febrero de 1998, cuando le comunicaron que tenía la hepatitis C tras unos análisis realizados al personal del centro, y continuó en La Fe hasta el 19 del mismo mes. Además, Maeso indicó además que no le consta que el genotipo 1a, el que tienen él y los perjudicados en la causa, no sea habitual ni conocido en España.
La acusación sospecha que Maeso se pinchaba parte de la anestesia que suministraba a los pacientes. El anestesista reiteró que "prácticamente nunca" se rellenaba la hoja de anestesia en el hospital privado, por lo que no se puede saber los fármacos que se suministran al paciente. Aseguró que era él, como los otros anestesistas, de quien dependía la decisión de cumplimentar las hojas de la intervención y que la facturación se hacía porque la supervisora de quirófanos "llevaba muchos años" y sabía el material que se utilizaba.
El modo en que se pudo transmitir la enfermedad de Maeso a los pacientes siguió siendo debatido. El anestesista aseguró que sufría con mayor frecuencia cortes con las ampollas de anestesia que pinchazos con las agujas de las jeringuillas, material que nunca ha llevado en los bolsillos, según su declaración. No obstante, indicó que estos incidentes se producían con agujas estériles que posteriormente tiraba. Según él, "nunca" se quedaba solo con los pacientes para anestesiar y subrayó que tiene una "teoría" para explicar cómo se contagiaron los afectados aunque indicó que es "larguísimo" de explicar y dijo que "irá saliendo poco a poco".
Asimismo, preguntado por si es posible que algún compañero se pudiera llevar del quirófano ampollas de anestesia sin que los presentes lo vieran, indicó que no lo sabía. "No lo sé, como no fuera reptando por allí" o "fuera el hombre invisible", indicó el anestesista que reiteró que la hepatitis C se puede contagiar por el aire del respirador, el cerumen del oído ("está demostrado", dijo), y por la saliva, algo que es "bastante fácil". En este sentido, trasladó a un letrado que realizó esta pregunta que puede "traer como 200 artículos" de revistas científicas especializadas donde se dice que el virus se puede contagiar por estas vías.
Maeso aseguró saber que la hepatitis C es una enfermedad de declaración obligatoria a la consejería de Sanidad por parte de quien la diagnotisca. Respecto al poder adictivo de los anestésicos, explicó que tanto el fentatest como la dolantina, dos fármacos utilizados en el proceso de la anestesia, "son medicamentos y, como todas las drogas, ofrecen dos características". Por una parte, dijo, son "veneno cuando te pasas de la dosis" y por otra, curación. En todo caso, afirmó que no sabe si ambas sustancias generan drogodependencia ni las veces que se tienen que inyectar para que terminen provocando adicción.