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Los escándalos políticos en Brasil derriban también al líder del partido del ex presidente Cardoso

El senador Eduardo Azeredo, presidente nacional del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que abandera el ex jefe de Estado Fernando Henrique Cardoso, se apartó este martes del cargo para responder a las investigaciones por el uso de dinero no declarado en su campaña para gobernador en 1998.

El senador Eduardo Azeredo, presidente nacional del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que abandera el ex jefe de Estado Fernando Henrique Cardoso, se apartó este martes del cargo para responder a las investigaciones por el uso de dinero no declarado en su campaña para gobernador en 1998.
L D (EFE) Azeredo pidió con lágrimas licencia de la presidencia del PSDB, que ha sido encomendada en forma interina al prefecto de la ciudad de Sao Paulo, José Serra, el principal candidato de la oposición para las elecciones presidenciales de 2006.
 
La caída de Azeredo, que salpica al PSDB, supone una victoria para el Partido de los Trabajadores (PT), que desde junio pasado afronta graves denuncias de haber financiado con recursos no declarados las campañas electorales de partidos aliados y de sobornar a un centenar de diputados para aprobar proyectos oficiales.
 
Sendas comisiones del Congreso investigan desde entonces las denuncias, que en julio provocaron la renuncia de la cúpula del PT y del ex hombre fuerte del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, el diputado José Dirceu. En defensa de su partido, Lula llegó a reconocer que el uso de contabilidades paralelas es un asunto común a todas las formaciones políticas brasileñas, en tanto que el PT insistió en la necesidad de extender las investigaciones de los partidos a gobiernos pasados. Con esta propuesta, apoyada en votaciones por las bancadas aliadas, el PT pretendía en realidad alcanzar al partido de Fernando Henrique Cardoso, que gobernó durante dos cuatrienios desde enero de 1995.
 
Las denuncias llegaron el mes pasado a Azeredo, quien es investigado por sus presuntos negocios ilícitos con el empresario Marcos Valerio Fernandes, señalado como el distribuidor de millonarios sobornos a diputados aliados al gobierno a petición del partido de Lula. La situación de Azeredo se agravó el fin de semana cuando él mismo confirmó que recibió un cheque de 700.000 reales (más de 318.000 dólares) de Valerio Fernandes que destinó a su fallida campaña a la reelección como gobernador del estado de Minas Gerais, en 1998.
 
El tesorero de esa campaña, Cláudio Roberto Mourao da Silveira, reconoció la semana pasada que la mayor parte de los recursos no fueron declarados a la Justicia Electoral, aunque matizó que Azeredo ignoraba la maniobra. Mourao dijo que la campaña de Azeredo gastó 20,1 millones de reales (9,1 millones de dólares de hoy) pero sólo fueron declarados a las autoridades electorales 8,5 millones de reales (3,8 millones de dólares).

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