L D (Agencias) La final enfrentaba a un combinado como el nórdico, en pleno proceso de renovación, y al equipo galo, que pese a la marcha de Jackson Richardson y la falta del barcelonista Jerome Fernández, siempre se ha mostrado duro y competitivo.
Ambas selecciones, encuadradas con España en el grupo inicial, habían empatado (24-24) en su anterior enfrentamiento, pero en esta ocasión Suecia apenas dio opciones, que al descanso dominaba ya por cinco goles.
Liderados por un genial Jonas Larholm (7 goles) y Jan Lennartsson (5), los suecos se mostraron más sólidos y se aprovecharon de que Francia se rindió demasiado pronto para sumar su segunda Supercopa y heredar el trono de España.