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BALONMANO

El Ciudad Real vence al Pick Szeged y da el primer paso hacia cuartos de la Liga de Campeones (31-32)

Un último lanzamiento del bielorruso nacionalizado esloveno Serguei Rutenka, de golpe franco directo y con el tiempo cumplido, ha dado la victoria al Ciudad Real en la difícil cancha del Pick Szeged húngaro, en partido de ida de octavos de final de la Liga de Campeones. Un gol que decanta el primer asalto de la eliminatoria hacia el lado del equipo de Talant Dujshebaev, que ha cumplido su objetivo de traerse una victoria, aunque fuera mínima, y ayudará a solventar el choque del próximo domingo en el Quijote Arena (17.15 horas).

L D (EFE) El Pick Szeged, arropado por una incansable afición y con hasta ocho jugadores serbios en sus filas, no dio tregua al equipo manchego. El Pick escenificó su mejor juego y dominio en el primer período, en plena efervescencia de la fuerza física. La defensa 3-2-1 local ahogó al Ciudad Real y Krivokapic -máximo anotador con 10 goles- dio un recital para llevar en volandas al Szeged hasta una máxima ventaja de tres goles (16-13) en el minuto 26.

Solamente el soberbio encuentro del lateral izquierdo Rutenka y la firma de 7 goles de 8 lanzamientos en la primera mitad mantuvieron a flote al equipo entrenado por Dujshebaev. La puesta en acción tras el descanso del equipo español fue encomiable. Con Sterbik bajo palos en vez de Hombrados, el Ciudad Real logró un parcial de 4-0 que le llevó a una ventaja interesante (19-21) a los nueve minutos. En ese instante, los esquemas tácticos de ambos conjuntos se hicieron añicos. El partido entró entonces en una espiral de velocidad, ataques rápidos e intercambio de golpes. La refriega favoreció al Ciudad Real ante el descenso del nivel físico de los veteranos jugadores locales, aunque tampoco consiguió con ello ventajas con las que disfrutar del dominio.

El testigo ofensivo del Ciudad Real lo agarró la segunda línea. La figura de Rolando Uríos en el pivote resultó trascendental, y los extremos Mirza Dzomba y Kallman sirvieron de contrapunto para llevar a los españoles a un igualada (31-31) a 15 segundos del final y posesión de balón. Dujshebaev pidió entonces tiempo muerto para establecer una estrategia con la que arrancar la victoria, pero ésta llegó de la manera más inesperada aunque su autor, Rutenka, dio el último do de pecho en su inspirado recital en Szeged. El esloveno se encaró a la barrera formada por seis hombres, abrió hueco hacia su derecha y lanzó un trallazo que se coló por el ángulo inferior de la portería de un sorprendido Szente.

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