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La ausencia de incidentes graves y la alta participación marcan las elecciones legislativas en Irak

Los iraquíes completaron este jueves el proceso de transición con unas elecciones parlamentarias celebradas en un ambiente de relativa calma y bajo la esperanza de que sirvan para establecer gobierno capaz de erradicar la violencia. La votación, la tercera este año en el país, pondrá fin al proceso de transición diseñado por EEUU y permitirá la elección del primer parlamento no provisional desde la caída, en abril de 2003, del régimen dictatorial de Sadam Husein.

Los iraquíes completaron este jueves el proceso de transición con unas elecciones parlamentarias celebradas en un ambiente de relativa calma y bajo la esperanza de que sirvan para establecer gobierno capaz de erradicar la violencia. La votación, la tercera este año en el país, pondrá fin al proceso de transición diseñado por EEUU y permitirá la elección del primer parlamento no provisional desde la caída, en abril de 2003, del régimen dictatorial de Sadam Husein.
L D (EFE) El recuento de votos comenzó poco después del cierre –a las 18.00 hora local– de los colegios electorales, aunque los resultados definitivos no serán anunciados hasta dentro de "dos semanas o más", según la Comisión Electoral Independiente (CEI).

Pese a la ausencia de cifras oficiales, la participación fue elevada en las distintas áreas del país, lo que llevó a la CEI a extender durante una hora el plazo para el cierre de los colegios, previsto en principio para las 14.00 GMT. Chiíes, suníes y kurdos, así como los miembros de otras comunidades minoritarias, acudieron de forma masiva a los centros electorales para elegir, de entre los más de 7.000 candidatos, a los 275 diputados de la nueva cámara legislativa.

En las zonas suníes, que boicotearon los comicios del pasado enero y donde se concentra la mayor actividad terrorista, se ha notado una mayor afluencia a las urnas, incluso en provincias como Al Anbar (oeste) o Salahedin, cuya capital es Tikrit, la ciudad natal del ex dictador Sadam Husein. "Participo en estos comicios porque descubrí, como todos los árabes musulmanes suníes, que habíamos cometido un error grave al no votar en los de enero", dijo Ahmed Yasin, un funcionario del Ministerio de Educación. "Votaron también mi mujer y mi hija con la esperanza de tener un gobierno que resuelva los verdaderos problemas de Irak", añadió Yasin, que consideró "prioritario para nosotros el restablecimiento de la seguridad y los servicios básicos".

Decenas de líderes religiosos y políticos suníes habían lanzado repetidos llamamientos para que los miembros de esa comunidad, que representa el 20 por ciento de los 25 millones de habitantes de Irak, "no pierdan la oportunidad" de deshacerse del actual Gobierno, dominado por chiíes y kurdos. "Basta de sufrimiento con el régimen de Sadam y con los Ejecutivos de transición de Iyad Alaui y de Ibrahim Al Yafari, que han introducido el país en un túnel oscuro. Con estos dos gobiernos sólo hemos visto la falta de seguridad y de servicios básicos", dijo la suní Sara Kamal, una estudiante de 23 años.

En las zonas chiíes, muchos votantes calificaron de "día de fiesta" la jornada electoral, y Amar Kazem, un estudiante de medicina, aseguró que su madre, de 60 años, "ha arrojado bombones" al entrar en uno de los colegios de Karrada, un barrio chií del centro de Bagdad. Los chiíes y los kurdos fueron oprimidos durante el régimen de Sadam, que se apoyaba en los suníes, pero tras las elecciones de enero consiguieron controlar la mayoría de los 275 escaños de la cámara provisional.

La jornada se desarrolló entre medidas de seguridad sin precedentes en todo el país, donde se ha prohibido la circulación de vehículos, motos e incluso bicicletas, mientras los votantes tuvieron que ser registrados dos veces antes de entrar en los centros electorales. Pese a todo, al menos tres personas murieron en acciones de violencia, la más grave de las cuales ocurrió en Mosul (400 kilómetros al norte de Bagdad), donde un guardia de seguridad de un hospital murió al ser alcanzado por una granada lanzada contra un colegio electoral vecino.

Horas antes, nada más abrirse los colegios, varios proyectiles de mortero fueron lanzados en Tikrit (norte), y en la "zona verde", el recinto amurallado del centro de Bagdad, donde dos civiles y un soldado de EEUU resultaron heridos. En Baquba (65 kilómetros al noreste de Bagdad), un soldado iraquí perdió la vida al estallar una bomba al paso de una patrulla, mientras que en Tal Afar (cerca de Mosul), un civil murió por la explosión de un proyectil cerca de un colegio electoral.

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