L D (Europa Press) Según la Guardia Urbana, tras la finalización de la marcha dos grupos de 150 o 200 personas cada uno se desplazaron desde la plaza de Sant Jaume, punto final de la manifestación, hacia el barrio del Raval, al otro lado de la Rambla barcelonesa. Una vez en la plaza del Àngels, los manifestantes realizaron pintadas en la fachada del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA), situada en la plaza dels Àngels, y lanzaron piedras contra la sede del PSC, en la misma plaza.
Poco después, los congregados obligaron a los pasajeros de un "Bus del Barri", el de la línea 120, a abandonar el vehículo, que llenaron también de pintadas. En la misma zona, varios miembros de ese grupo arrinconaron a dos agentes de los Mossos d'Esquadra, que se vieron obligados a salir corriendo y a abandonar sus motos, que luego aparecieron destrozadas. A continuación, y "en vista de lo ocurrido", los Mossos d'Esquadra decidieron cargar contra una parte de los manifestantes, que avanzaba por la calle Nou de la Rambla en dirección a la comisaría que los Mossos tienen en esa misma vía.
La versión policial y la versión de los manifestantes difieren en este punto, puesto que, según "Víctimes del civisme", los Mossos cargaron contra el grueso de la manifestación y no contra grupos descontrolados tras su finalización, y el paso por la plaza dels Àngels y por Nou de la Rambla formaba parte del recorrido pactado. Nadie resultó herido y no se han producido detenciones. Fuentes municipales señalaron a Europa Press que "la actitud mostrada por los manifestantes demuestra la necesidad de una ordenaza municipal", ya que "los que se dicen víctimas son precisamente los primeros que causan daños".
"Actitud provocadora" de los Mossos
Por su parte, un portavoz de la plataforma convocante 'Víctimes del civisme', Albert Martínez, declaró esta tarde a Catalunya Informació que lo ocurrido responde a la "actitud absolutamente paranoica" de los cuerpos de seguridad, "basada en este modelo de ciudad que quiere controlar todo lo que pasa en la calle y quiere limitar el derecho a la manifestación y a la libertad de expresión". Según Martínez, "desde que hemos empezado la manifestación la Policía ha mantenido un espíritu de provocación continua, hasta llegar a cargar contra los manifestantes a la altura de Nou de la Rambla".
Los convocantes de la protesta pretendían con la marcha realizada mostrar su desacuerdo con el proyecto de ordenanza por el civismo, que consideran un "paquete de medidas sancionadoras altamente represivas" que pretende "expulsar de la vista pública colectivos ya de por sí marginalizados" y "cohartar la libertad de expresión y las actividades de asociaciones, colectivos y movimientos sociales". A tal efecto, los manifestantes partieron de diversos puntos de Barcelona en representación de los diversos colectivos que se sienten perjudicados por la ordenanza sobre civismo: una columna de patinadores llegó desde Palau Reial con el lema 'Patinar no es un crimen', otro grupo partió de la plaza del Diamant, en Gràcia, y un tercero se unió a los demás procedente de la plaza de les Glòries.
Una vez reunidos, representantes del colectivo de prostitutas se unieron a la manifestación, que descendió hacia la plaza dels Àngels y se dirigió, desde allí, hacia la Rambla del Raval, donde tuvo lugar la carga policial, de la que "algunos manifestantes han cruzado contenedores para protegerse de las pelotas de goma", según 'Víctimes del civisme'. Los organizadores explicaron que la manifestación se trasladó desde allí hacia la plaza de George Orwell, de nuevo al otro lado de la Rambla, con la intención de dirigirse a la plaza de Sant Jaume para leer el manifiesto que daría por finalizada la protesta.
"Víctimes del civisme" declaró que los Mossos abortaron su intento de proseguir, por lo que el manifiesto se leyó en la calle Ferran, tras lo cual el grueso de la manifestación se disolvió. Fuentes de la policía autonómica señalaron, por su parte, que la prohibición de acceder a la plaza de Sant Jaume se extiende estos días a todas las manifestaciones dada la elevada afluencia de gente y al hecho de que se encuentra allí instalado el pesebre del Ayuntamiento. Los Mossos d'Esquadra y la Guardia Urbana dieron por restablecida la normalidad en el centro de Barcelona cerca de las 23 horas.