L D (EFE) Bekele, de 23 años, impartía otra lección magistral sobre la verde alfombra de Umino Nakamichi, en un circuito rápido marcado por el viento. Cuando quiso, esta vez en el último kilómetro, lanzó un ataque fulminante que terminó con las escasas esperanzas de unos rivales que aceptan de antemano la superioridad del etíope. El campeón, dando la sensación de reservar fuerzas para la carrera reina del domingo, entró por delante del keniano Isac Songok y del marroquí Adil Kaouch, la sorpresa de la carrera con el bronce. Era el quinto entorchado universal para el hombre llamado a convertirse en el mejor de la historia por poco que le acompañen los resultados en las pruebas futuras en ruta.
El equipo keniano intentó cambiar el guión de la carrera de los cuatro kilómetros y en ello colaboró el gigante australiano Craig Motram, que pasaba en cabeza por la primera vuelta. Incluso Bekele sufrió algún tropiezo que le animó a tomas medidas urgentes. Un cambio de ritmo fulminante a falta de 1.000 metros y el gran Kenenisa desbrozó el camino. Es un esprint controlado entró con los brazos en alto. La sensación de grandeza y su implacable sentido táctico le convirtieron de nuevo "en el mejor director de carrera", como comentó al final el español Higuero. La última medalla del cross corto, prueba que desaparece del programa, no podía tener otro dueño.
El equipo español celebró el objetivo que traía en la mente, la sexta plaza de la general y la primera europea, un "título que adquiere valor" ante el dominio absoluto de los africanos. Además, Juan Carlos Higuero tuvo bastante con la trigésimo primera plaza para ser el mejor del continente. Los cinco españoles, en una carrera planteada en común, corrieron en un corto espacio. Así, puntuaron por este orden José Luis Blanco, el campeón de España (34), Carlos García (37), Mariano Villarrubia (38) y Roberto García (44).
Entre la marea africana se coló el estadounidense Adam Goucher, sexto, y Mottram, siempre valiente, fue undécimo. Por equipos el oro fue para Kenia, la plata para Etiopía, que sólo puso un hombre más entre los 10 primeros (Ali Abosch, quinto) y el bronce para Marruecos. Qatar, con sus nacionalizados, fue cuarta.
En la prueba larga femenina hubo más oro para Etiopía con la campeona en título Turinesh Dibaba, que, como Bekele, dejó su sello con la intención de llevarse otro doblete. España fue décima en conjuntos y Rosa Morató la mejor, en el puesto 36. También puntuaron Judith Pla (45), Teresa Recio (52), Yesenia Centeno (55), Alessandra Aguilar (63) y María E. Moreno (70). Dibaba tuvo más problemas de los esperados, ya que la holandesa de origen keniano Lornah Kiplagat se hizo la jefa de la carrera hasta pasada la última vuelta merced a un ritmo insoportable que a punto estuvo de causar la sorpresa de la primera jornada. Al final Dibaba hubo de emplear todas sus fuerzas para doblegar a Kiplagat, que al menos logró una meritoria plata.
El bronce se lo llevó la etíope Meselech Melkamu, mientras que la primera keniana sólo fue octava, Evelyne Nganga. La australiana ex campeona mundial Benita Johnson luchó entre las mejores para firmar un gran cuarto puesto. Por equipos, Etiopía, Kenia y Japón se repartieron los metales. En la prueba júnior femenina la salmantina Marta Romo, de 18 años, obtuvo una meritoria decimonovena posición, tan sólo superada por una atleta europea, la británica Sian Edwards, que fue décima. La otra representante española, Sara Cardona, no acabó la carrera. La kenianas coparon el podio: Pauline Korikwiang obtuvo el oro, con el mismo tiempo que Veronica Wanjiru, mientras que el bronce se lo colgó Mercy Kosgei.
El equipo keniano intentó cambiar el guión de la carrera de los cuatro kilómetros y en ello colaboró el gigante australiano Craig Motram, que pasaba en cabeza por la primera vuelta. Incluso Bekele sufrió algún tropiezo que le animó a tomas medidas urgentes. Un cambio de ritmo fulminante a falta de 1.000 metros y el gran Kenenisa desbrozó el camino. Es un esprint controlado entró con los brazos en alto. La sensación de grandeza y su implacable sentido táctico le convirtieron de nuevo "en el mejor director de carrera", como comentó al final el español Higuero. La última medalla del cross corto, prueba que desaparece del programa, no podía tener otro dueño.
El equipo español celebró el objetivo que traía en la mente, la sexta plaza de la general y la primera europea, un "título que adquiere valor" ante el dominio absoluto de los africanos. Además, Juan Carlos Higuero tuvo bastante con la trigésimo primera plaza para ser el mejor del continente. Los cinco españoles, en una carrera planteada en común, corrieron en un corto espacio. Así, puntuaron por este orden José Luis Blanco, el campeón de España (34), Carlos García (37), Mariano Villarrubia (38) y Roberto García (44).
Entre la marea africana se coló el estadounidense Adam Goucher, sexto, y Mottram, siempre valiente, fue undécimo. Por equipos el oro fue para Kenia, la plata para Etiopía, que sólo puso un hombre más entre los 10 primeros (Ali Abosch, quinto) y el bronce para Marruecos. Qatar, con sus nacionalizados, fue cuarta.
En la prueba larga femenina hubo más oro para Etiopía con la campeona en título Turinesh Dibaba, que, como Bekele, dejó su sello con la intención de llevarse otro doblete. España fue décima en conjuntos y Rosa Morató la mejor, en el puesto 36. También puntuaron Judith Pla (45), Teresa Recio (52), Yesenia Centeno (55), Alessandra Aguilar (63) y María E. Moreno (70). Dibaba tuvo más problemas de los esperados, ya que la holandesa de origen keniano Lornah Kiplagat se hizo la jefa de la carrera hasta pasada la última vuelta merced a un ritmo insoportable que a punto estuvo de causar la sorpresa de la primera jornada. Al final Dibaba hubo de emplear todas sus fuerzas para doblegar a Kiplagat, que al menos logró una meritoria plata.
El bronce se lo llevó la etíope Meselech Melkamu, mientras que la primera keniana sólo fue octava, Evelyne Nganga. La australiana ex campeona mundial Benita Johnson luchó entre las mejores para firmar un gran cuarto puesto. Por equipos, Etiopía, Kenia y Japón se repartieron los metales. En la prueba júnior femenina la salmantina Marta Romo, de 18 años, obtuvo una meritoria decimonovena posición, tan sólo superada por una atleta europea, la británica Sian Edwards, que fue décima. La otra representante española, Sara Cardona, no acabó la carrera. La kenianas coparon el podio: Pauline Korikwiang obtuvo el oro, con el mismo tiempo que Veronica Wanjiru, mientras que el bronce se lo colgó Mercy Kosgei.