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BALONCESTO - COPA FIBA

El Joventut busca recuperar el hueco que dejó entre los grandes en la final de la Copa FIBA ante el Khimki ruso

El DKV Joventut se juega este domingo su regreso a la elite continental, para lo que necesita imponerse al Khimki ruso en la final de la Copa FIBA, doce años después de que el ahora presidente del club, Jordi Villacampa, condujeses al equipo como jugador a la conquista de la Copa de Europa. El objetivo, inicialmente complicado, parece ahora cercano, una vez que el cuadro de Aíto García Reneses ha superado el escollo que se intuía más complicado, la semifinal ante el anfitrión, el Kiev.

L D (EFE) Los jugadores de García Reneses demostraron el viernes que el baloncesto ACB está muy por encima del ucraniano y, ahora, intentarán confirmar que también del ruso, con la excepción del CSKA Moscú, cuyo potencial económico le convierte en candidato a hacerse con el título de la Euroliga. Las armas del técnico verdinegro en el partido de mañana están claras, porque las ha mostrado también en España, y pasan, por lo que al perímetro se refiere, por la dirección de Elmer Bennett, la solidez de Alex Mumbrú y la capacidad para desbordar que, por calidad, tiene Rudy Fernández.

Bajo los aros el problema son las bajas de Yesse Young y Aloysius Anagonye, que deben suplir Andrew Betts, Robert Archibald y, por exigencias del guión, Lubos Barton. El checo fue clave en la semifinal ante el Kiev y Aíto García Reneses confía de nuevo en él para ayudar en la pintura y, al mismo tiempo, complicarle la vida al pívot rival al obligarle a defender lejos de la canasta. Enfrente estará el Khimki, uno de esos equipos rusos construidos a golpe de talonario, cuya última adquisición ha sido un ex  ACB como es Ademola Okulaja.

Okulaja contribuye en ataque, pero también aporta centímetros a un conjunto que cuenta bajo los aros con jugadores como Alexander Petrenko, otro cuatro con buena mano desde la línea de tres puntos. El argentino Rubén Wolkowisky es otro pívot a tener en cuenta, aunque el rebote ofensivo que acabó en la canasta de la victoria del Khimki en semifinales correspondió al venezolano Oscar Torres, que demostró así su aportación bajo la pintura pese a tratarse de un 1.98 metros.
 
La dirección del juego es clave en el conjunto ruso y corresponde al estadounidense Melvin Booker, aunque también al italiano Gianmarco Pozzecco, el ex del CAI Zaragoza, al que su explosividad le lleva en ocasiones a hacer mucho daño a la defensa rival y, en otras, a precipitarse en sus acciones. Una de las ventajas del DKV Joventut es que conoce bien al Khimki después de haberse encontrado con él en la segunda fase de competición.

En el primero de esos dos partidos, disputado en Rusia, Aíto García Reneses tenía pocas pistas sobre el rival y lo pagó con una derrota por 29 puntos (95-66). Con el guión aprendido, el DKV Joventut fue muy superior en Badalona (83-67) y, por lo tanto, llega a la cita de mañana con todas las claves en la mano para hacerse con el título.
 
El partido por el tercer y cuarto puesto lo disputará el Kiev, equipo anfitrión y víctima en  semifinales del representante español, y el Dinamo de San Petersburgo, el campeón del pasado año. El equipo de Renato Pasquali, muy criticado tras la derrota ante el DKV Joventut, intentará consolar a los aficionados ucranianos con una victoria que palíe la decepción del viernes.

El brasileño Guilherme Giovannonni, otro ex ACB, volverá a ser pieza fundamental para Pasquali, aunque la llave del buen juego del Khimki la tiene el israelí Afik Nissim. La respuesta del Dinamo San Petersburgo llegará probablemente bajo los aros, donde otro ex de la Liga ACB, el estadounidense Darryl Middleton, formará pareja con jugadores como Ratko Varda o Goran Nikolic.

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