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(7-12-03) La trampa para crear una universidad vasca fuera de la ley

Tras la aprobación de la Ley Orgánica de Universidades, las comunidades autónomas debían formular una adaptación que, en el caso del País Vasco, no ha sido sino una estrategia para impedir su aplicación. El engaño a la democracia se produce de principio a fin. Además de que se pacte una universidad nacionalista –excluyente de los no vascos– con el entorno más radical, el proceso encierra toda una trampa diseñada para que Batasuna se abstenga tras haber conseguido imponer, en total, casi 80 enmiendas.

(Libertad Digital) Desde julio de 2003, los contenidos de la reforma ya eran un guiño a Batasuna. Los partidos socios del Gobierno vasco tienen plena conciencia de que sin este grupo –activo en Vitoria por desobediencia al Tribunal Supremo– no prospera nada que requiera una votación.
 
Cuando en octubre llegó la tramitación parlamentaria, Batasuna presentó una enmienda a la totalidad en su línea habitual de buscar la máxima concordancia con los postulados proetarras. La misma enmienda global –lógicamente por el motivo contrario– se presentó desde el PSE y el PP. La táctica ingenua de los socios de Ibarretxe fue rechazar ambas y presentar unas enmiendas que también aceptaba Batasuna. Así, no había coincidencia aparente pero sí de fondo, y nadie podría achacar al llamado tripartito el volver a apoyarse en los proetarras. Llega después el momento del debate en ponencias y ahí es donde Akaitz Zubimendi –parlamentaria de Socialistas Abertzales y militante de SEGI– consigue imponer al PNV en torno a 50 enmiendas. Sumadas a las presentadas por IU y PNV, orientadas sólo a satisfacer a los radicales, Batasuna se llevaba como activo entre 70 u 80 propuestas aprobadas para crear una universidad íntegramente nacionalista. No hay que olvidar además, que en materia de Educación, es Anjeles Iztueta, de Eusko Alkartasuna, la que lleva la voz cantante y no el PNV.
 
Pero la trampa tiene otro episodio: hacer creer desde el tripartito independentista que si prospera la ley no es por el apoyo de un grupo que debería estar disuelto por decisión judicial. Fuentes consultadas por Libertad Digital, confirman que lo que de verdad están pactando PNV y Zubimendi es la abstención final de Batasuna con la garantía de que sus enmiendas serán prácticamente el cuerpo de esa universidad excluyente en la que, por poner algún ejemplo, se complementará el sueldo a los profesores que hablen la lengua de Sabino Arana frente a los que no la saben o no la quieren utilizar.

Tendrán también la garantía de que las relaciones privilegiadas de esa universidad serán con la ficción geográfica de Euskal Herria, es decir, abrir convenios con Navarra y el sur de Francia. Batasuna se abstendría también con la confirmación de que habrá una especie de cuerpo de funcionarios universitarios vascos, fundamentalmente controlado –aunque ya lo esté– por ELA y LAB, inspiradores de la mayor parte de las enmiendas más radicales que se han admitido. Esta abstención beneficia pues a los dos, a Batasuna y a los socios del Gobierno de Vitoria, pero es éste el que obtendría el mayor rédito al poder presentar a la sociedad que el apoyo de Batasuna no ha sido necesario ya que con su abstención, nada pueden hacer el PP y el PSE para tumbar el nuevo desafío.

Egibar no tendrá que reconocer el "error político" de hace unas semanas de pactar con Socialistas Abertzales el marco de relaciones laborales y tampoco habrá que matizar que PNV, EA e IU sólo cuentan con los radicales para asuntos poco relevantes. La trampa está tendida.

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