(Libertad Digital) El encargado de despedir con emotivo discurso al ministro de Defensa, José Bono, fue el jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), el general Félix Sanz Roldán, que dijo del político manchego que "nadie ha pronunciado tantas veces España como tu lo has hecho". "Has demostrado", dijo el JEMAD dirigiéndose a Bono, "que el amor a España y el respeto a la bandera no es patrimonio de los militares sino de los ciudadanos de bien".
A continuación le tocó el turno al propio ministro saliente, que dirigió a todos los presentes un emocionado discurso. "Soldados, marineros, guardias civiles, ciudadanos, periodistas...todos los que sentis y queréis a España, decid: ¡Viva España!". Con estas palabras se despedía José Bono de su cargo al frente del ministerio de Defensa, expresando su deseo de dar una última orden. El discurso, en el que hizo una fervorosa defensa de la bandera española, fue de agradecimiento a los militares, al Rey y al presidente del Gobierno y de "perdón" a quien haya podido ofender. Bono enfatizó que se va "porque quiere" y recalcó su "profundo amor a España.
Las palabras del aún ministro comenzaron con un elogio de la bandera española después de que el JEMAD le hiciera entrega de la enseña. "Es la bandera de todos", dijo, y recordó que "la Ley dice que simboliza a la nación, que significa soberanía, independencia, unidad e integridad de la patria" y "representa los valores supremos expresados en la Constitución". "Nuestra bandera", recordó, "no es el símbolo de partidos políticos" ni "de la derecha o izquierda porque ha de ondear en todo el espectro ideológico constitucional". "Representa el deseo libre y democrático de querer vivir juntos", insistió, antes de señalar que siente "emoción antela bandera y el himno". "Y no siento vergüenza de expresarlo ni en privado ni en público".
"Pido perdón a quien he ofendido", prosiguió el ministro, que indicó que "a veces en la política se pone tanta pasión que creemos tener toda la verdad". Bono le pidió disculpas "a quien no he sabido atender" y "a quien haya sentido molestia". "Os juro que ha sido por negligencia, pero no por malicia", recalcó. Sobre su marcha, dijo que lo hace "no porque me haya llegado la edad de retiro" sino porque quiere. "Debo decir", prosiguió, "que siento un profundo amor a España y que cada día me siento más profundamente español". Por eso indicó que quería que su "última palabra" fuera "para España", y su "última orden, relacionada con el honor a España", antes de dar el mandato con el que finalizó el discurso.