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Mickelson resiste la presión y vuelve a enfundarse la Chaqueta Verde dos años después

Con sus dos drivers en ristre, el zurdo estadounidense Phil Mickelson ha logrado su segunda Chaqueta Verde en tres años y el tercer Grande de su carrera después de la larga batalla dominical disputada bajo el sol radiante de Augusta. Destacadas también han sido las actuaciones de José María Olazábal y Miguel Ángel Jiménez. El vasco, campeón del Masters en 1994 y 1999, ha entregado la mejor tarjeta de la última ronda para acabar en un meritorio tercer puesto junto a otros cuatro jugadores, mientras que el malagueño ha sido undécimo.

Con sus dos drivers en ristre, el zurdo estadounidense Phil Mickelson ha logrado su segunda Chaqueta Verde en tres años y el tercer Grande de su carrera después de la larga batalla dominical disputada bajo el sol radiante de Augusta. Destacadas también han sido las actuaciones de José María Olazábal y Miguel Ángel Jiménez. El vasco, campeón del Masters en 1994 y 1999, ha entregado la mejor tarjeta de la última ronda para acabar en un meritorio tercer puesto junto a otros cuatro jugadores, mientras que el malagueño ha sido undécimo.
L D (EFE) El sol de la tarde proyectó una luz tan rubia en Augusta como los cabellos rizados de los tres hijos de Mickelson, que saltaron al emblemático hoyo 18 para abrazarse a su nuevo héroe, el nuevo semidiós de los estadounidenses, el golfista de los dos drivers para sortear al remodelado Augusta que entra en la leyenda y abre una nueva vía con la que mirar al futuro. Tiger Woods, el defensor del título y mejor del mundo, pero esta vez el "robot" más sensible del planeta (su padre pelea contra un terrorífico cáncer de próstata), impuso sonriente la prenda a Mickelson, que a los 35 años se acomoda en el lugar de los grandes golfistas que acumulan más de dos títulos de Grand Slam .

Dos Chaquetas Verdes en tres años, tres hijos y tres Grandes ya en su palmarés a los 35 años. Mickelson fue el mejor del enorme puñado de aspirantes apelotonados en busca del título, después de un domingo que sirvió para cerrar la tercera ronda inconclusa la víspera por la lluvia y en el que Mickelson se metió 30 hoyos a las espaldas. Suya fue la gloria después de un sólo error en el último hoyo, y suyo fue el 1.260.000 dólares de premio en metálico con 281 golpes (7 abajo), dos golpes de ventaja sobre el surafricano Tim Clark. El sueño de Mickelson se agranda, entra en la leyenda de los hombres capaces de repetir en Augusta. Todos soñaban, en plena batalla, con vestirse con la prenda más codiciada del golf, pero la estadística no perdonó de nuevo: en los últimos 15 años el campeón salió siempre del partido principal, donde estaba Mickelson junto con el veterano de 46 años Fred Couples.

Miguel Ángel Jiménez y José María Olazábal también soñaron en Augusta. Más el primero, que terminó a las 8 de la mañana el hoyo suelto que le quedó de la tercera ronda, se marchó a casa, cabeceó en la cama; desayunó después y sólo tras un par de horas se situaba como líder en el hoyo 5, al anotarse tres "birdies" en el tramo inicial. Una situación idílica que perduró cuatro hoyos. "Jiménez va como líder, va como un tiro", exclamaban sus fieles amigos que le arroparon con cariño durante toda la semana de actividad en Augusta. Pero pudo le pudo el ansia al malagueño, quizá el pánico escénico. "He ido con el corazón en la boca desde el 'tee' del uno. Por eso sigo jugando. Si así no fuera ya habría colgado los palos", comentó el gran jugador andaluz.

Olazábal, con la mejor vuelta de todo el torneo (66 golpes), remontó desde los sótanos para volver a acariciar un sueño que le es familiar en Augusta (ganó en 1994 y 1999). Pero otra vez el maldito hoyo 11, y después otro error en el 16, destrozaron una vuelta espectacular, con un "eagle" en el hoyo 15 tras un maderazo cinco magistral. Pero mientras Jiménez (undécimo y el récord de 34 hoyos consecutivos sin 'bogeys' hasta el décimo del domingo) y Olazábal (tercero), orgullosos y satisfechos con el trabajo, curaban sus heridas, Mickelson seguía a lo suyo, con cuatro "birdies" y el citado error final para reflejar 69 golpes. Por un momento, su compañero de partido, el veterano Fred Couples, intentó frenar la inercia del mejor jugador zurdo del mundo. Pero Couples, de 46 años y un Masters (1992), se comportó como un gran compañero de partido.

Mickelson y Couples compartieron la presión. Pedalearon juntos hasta que el zurdo en el "Amen Córner", amparado en sus dos "drivers" hoy demoledores y favorecido por la amabilidad de unos "greens" blandos por las lluvias caídas, demarró sin piedad hasta dejarse el torneo visto para sentencia antes de su final. Tiger Woods, que no logró bajar de 70 en todo el torneo, compartió la tercera plaza con Olazábal, Chad Campbell, Couples y el surafricano Retief Goosen. El argentino Ángel Cabrera concluyó en un extraordinario octavo puesto, que le traerá a este torneo el próximo año, mientras que Sergio García finalizó último de cuantos atravesaron el corte, el peor resultado de sus actuaciones en el Masters desde que debutase como "amateur" en 1999.

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