L D (EFE) La defensa del título del Masters Series de Montecarlo comenzó con buenas vibraciones para Rafael Nadal, airoso del compromiso frente al galo Arnaud Clement (6-4 y 6-4) igual que Feliciano López y David Ferrer, que recopilaron méritos para batir al rumano Victor Hanescu (6-4, 4-6 y 7-6 (2)) y al chileno Nicolás Massu (6-0, 4-6 y 6-2). Pero en la segunda jornada del torneo monegasco se estancaron Fernando Verdasco, contra el francés Sebastien Grosjean, y Carlos Moyá, campeón en 1998, ante el chileno Fernando González.
Nadal, segundo favorito del torneo, aúna treinta y siete victorias seguidas sobre arcilla. La única raqueta capaz de batir al suizo Roger Federer este curso, en la final de Dubai, el único éxito que le alumbra hasta ahora en el 2006, ofreció mensajes optimistas para el tenis español en su partido contra Clement. Nadal respondió con autoridad a cada contratiempo que le puso Clement, que le ganó en el torneo de Marsella, el que marcó el retorno a la competición del manacorí después de cuatro meses de lesión. Por ejemplo, cuando el tenista de Aix en Provence se situó con 2-0 en el arranque del segundo parcial.
Nadal, que ya se había apuntado el primero, rompió el servicio del galo. Conservó el suyo y repitió la ruptura en el noveno para encarrilar el triunfo final y pensar en el monegasco Jean Renne Lisnard, verdugo del británico Andy Murray (4-6, 7-6 (5) y 7-5). "Este es mi primer partido en tierra desde hace mucho tiempo. Ha sido importante comenzar con una victoria aunque no he jugado especialmente bien", señaló Nadal tras el partido contra Clement.
El número dos del mundo reconoció que "había estado un poco nervioso al principio" y que su rival "jugó de forma muy agresiva. Clement no ha jugado mal. He tenido que esforzarme y durante algunos momentos he tenido que realizar un tenis defensivo", indicó el balear, que nunca se ha enfrentado a Lisnard, número 154 del ránking. Más problemas debieron solventar Ferrer y López. El alicantino, condicionado por sus molestias en la espalda, resguardó su condición de favorito ante la solvencia en tierra batida del chileno Nicolás Massu (6-0, 4-6 y 6-2).
Nada tuvo que ver el plácido comienzo que encontró el alicantino con el resto del duelo. El campeón olímpico en Atenas desplegó todo el carácter batallador que marca su tenis. Se adjudicó el segundo parcial y obligó a Ferrer a ejercer un esfuerzo inesperado que al final le otorgaron el triunfo. Le espera el eslovaco Dominik Hrbaty, más próximo a la superficie dura que a la arcilla, que ganó al italiano Danielle Braccialli (6-4, 3-6 y 6-4).
Tampoco Feliciano López no suele ofrecer su mejor juego en tierra batida. Sin embargo, hoy se esforzó por resolver el choque contra el rumano Victor Hanescu (6-4, 4-6 y 7-6 (2)). A la raqueta toledana le aguarda el chileno Fernando González, el duodécimo cabeza de serie. Palabras mayores el sudamericano, verdugo de Carlos Moyá, al que su empeño y momentos de buen juego terminaron por resultar insuficientes. El campeón de 1998 careció de fuelle en el último tramo del partido, que terminó por ceder en tres mangas (6-3, 3-6 y 6-1). La raqueta de Santiago ha vencido a Feliciano en las dos ocasiones en las que ambos se han encontrado (Hamburgo 2004 y Auckland 2003).
Tampoco avanzó Verdasco. Víctima de su desacierto con el saque no fue capaz de rentabilizar la eficacia de su resto. Las tres roturas que endosó al galo, decimotercer cabeza de serie, cayeron en saco roto. Sebastien Grosjean, también experto en arcilla, cerró el partido con cinco 'breaks' (7-6 (6) y 6-3) y jugará contra el monegasco Benjamin Balleret.