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Bush no descarta una acción militar contra Irán y las consultas del Consejo de Seguridad terminan sin consenso

El presidente de EEUU, George W. Bush, dijo este martes que "todas las opciones están sobre la mesa" con respecto a Irán, con lo que no descartó una acción militar, incluso un ataque nuclear,  aunque enfatizó que su país se concentrará en buscar una solución diplomática. Mientras las consultas entre los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y Alemania concluyeron sin consenso sobre una estrategia común para que Irán detenga sus actividades de enriquecimiento de uranio. Este martes, el presidente Ahmadineyad, ha anunciado la modernización de su ejército.

El presidente de EEUU, George W. Bush, dijo este martes que "todas las opciones están sobre la mesa" con respecto a Irán, con lo que no descartó una acción militar, incluso un ataque nuclear,  aunque enfatizó que su país se concentrará en buscar una solución diplomática. Mientras las consultas entre los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y Alemania concluyeron sin consenso sobre una estrategia común para que Irán detenga sus actividades de enriquecimiento de uranio. Este martes, el presidente Ahmadineyad, ha anunciado la modernización de su ejército.
L D (EFE) Bush no quiso negar la posibilidad de un ataque nuclear contra el régimen de Teherán al ser preguntado por los periodistas en una ceremonia, pero insistió en que la prioridad ahora es la cooperación con otros países para presionar a Irán. "Queremos resolver este tema de forma diplomática y estamos trabajando duramente para hacerlo", afirmó el gobernante estadounidense en la Casa Blanca. "La mejor manera de hacerlo es que haya un esfuerzo unido con otros países que reconocen el peligro de que Irán tenga un arma nuclear", explicó.

"Por eso estamos trabajando muy estrechamente con países como Francia, Alemania y el Reino Unido", dijo el presidente. Bush afirmó que abordará el asunto de Irán en su reunión el jueves con el presidente de China, Hu Jintao, que llegó hoy a Estados Unidos. Washington acusa a Irán de querer fabricar una bomba atómica, mientras que las autoridades de Teherán insisten en que su programa nuclear tiene como único objetivo generar electricidad.

La cuestión de Irán se ha tratado este martes en Moscú, donde se reúnen representantes de Alemania, Francia y Reino Unido (un grupo conocido como UE-3), así como de China, Rusia y Estados Unidos. Por parte de Estados Unidos estuvo presente Nicholas Burns, el "número tres" del Departamento de Estado. "En el encuentro no se adoptó ninguna decisión que suponga un avance", declaró a la agencia Interfax una fuente rusa cercana a las negociaciones entre Estados Unidos, Rusia, China y el trío europeo, formado por Reino Unido, Francia y Alemania.

La fuente indicó que el objetivo de las consultas era "consolidar las posturas de los seis países respecto a Irán, sobre todo con vistas al próximo debate del problema iraní previsto en el Consejo de Seguridad de la ONU" el próximo 28 de abril. Al final de la jornada, el secretario de Estado adjunto de EEUU, Nicholas Burns, canceló la rueda de prensa que tenía previsto ofrecer debido "a la ausencia de resultados", según un diplomático norteamericano.

La reunión de los seis países involucrados en el arreglo de la crisis en torno al programa nuclear de Irán se celebró entre los viceministros de Exteriores durante tres horas y a puerta cerrada. La embajada de EEUU en Moscú declaró que Washington insiste en la necesidad de que el Consejo de Seguridad tome "medidas decididas" para forzar a Irán a renunciar a sus actividades nucleares, mientras Moscú y Pekín defendieron un arreglo estrictamente diplomático y en el seno del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).

Desde que estalló la crisis iraní, Pekín y Moscú, con intereses económicos en Irán, insisten en una solución pacífica al conflicto y en mantenerlo dentro de los límites del OIEA, descartando cualquier tipo de sanciones que puedan violentar a Teherán. Los seis países comparten el interés en que Irán no desarrolle armas nucleares, pero difieren en lo relativo al derecho de Teherán a disponer de un programa nuclear con fines civiles.

Además, mientras EEUU y, en menor medida, los países europeos están dispuestos a llevar el dossier iraní al Consejo de Seguridad de la ONU, Rusia y China recelan de esta opción, que podría conllevar la adopción de sanciones. La crisis nuclear iraní es agravó hace una semana cuando el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, anunció que Teherán había completado el ciclo de producción de combustible nuclear, primer paso en el proceso de enriquecimiento de uranio.

El presidente iraní amenazó este martes en un discurso con motivo del Día del Ejército, con "cortar las manos a quienes piensen agredir" a la República Islámica. En Teherán, el portavoz del Ministerio de Exteriores, Hamid Reza Asefi, afirmó que la reunión de Moscú es más importante para los seis países que para Irán, pues "si no actúan de forma razonable, ellos mismos saldrán perjudicados".

El jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, se reunió con el subsecretario general de la ONU, Ibrahim Gambari, ante quien insistió en la necesidad de una "solución diplomática" al problema nuclear de Irán, país al que instó a cooperar con el OIEA. Lavrov subrayó que "la labor para despejar las preocupaciones de la comunidad mundial sobre el programa nuclear iraní debe corresponder al OIEA, mientras que de Irán se requiere que coopere de forma activa con el Organismo".

El portavoz de la diplomacia rusa, Mijáil Kamínin, afirmó a su vez que el problema del controvertido programa nuclear de Irán no puede ser resuelto "ni por la vía de las sanciones ni por la vía de la fuerza". Irán tiene hasta el 28 de este mes para acceder a las demandas de la comunidad internacional, ya que en esa fecha el OIEA informará al Consejo de Seguridad de la ONU sobre el cumplimiento por Teherán de sus obligaciones internacionales.

Un grupo de inspectores del OIEA visitará el viernes la central nuclear iraní de Natanz, donde ya funcionan 164 centrifugadoras destinadas al enriquecimiento de uranio, y cuyo número Teherán pretende elevar a 3.000 para finales de este año.

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