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El Ciudad Real, a un paso de conquistar su primera Liga de Campeones tras exhibirse ante el Portland (19-25)

De la mano de un magistral Arpad Sterbik, el BM Ciudad Real acaricia su primer título de la Liga de Campeones tras la demostración de fuerza y calidad exhibida ante el Portland San Antonio, disputada en el Pabellón Universitario de Pamplona. Ahora el equipo navarro sólo puede agarrarse a un milagro deportivo para remontar los seis goles de desventaja (19-25) en el partido de vuelta, que se disputará la próxima semana en el Quijote Arena.

De la mano de un magistral Arpad Sterbik, el BM Ciudad Real acaricia su primer título de la Liga de Campeones tras la demostración de fuerza y calidad exhibida ante el Portland San Antonio, disputada en el Pabellón Universitario de Pamplona. Ahora el equipo navarro sólo puede agarrarse a un milagro deportivo para remontar los seis goles de desventaja (19-25) en el partido de vuelta, que se disputará la próxima semana en el Quijote Arena.

L D (EFE) La final entre equipos españoles de la máxima competición continental tuvo claro color del conjunto castellano-manchego, que castigó al Portland con un marcador casi insalvable para el partido de vuelta en Ciudad Real e incluso perdonó una victoria más aplastante tras disfrutar de una máxima ventaja de nueve tantos. El equipo de Talant Dujshebaev, actual subcampeón de la competición tras caer el año pasado en la final ante el Barcelona, imprimió una fuerte defensa, que dejó en seis goles al Portland en la primera parte, y jugó al amparo del portero serbio Sterbik.

En una primera mitad de los navarros para el olvido, los visitantes arrancaron mejor, bien plantados en defensa y con un colosal Sterbik desde el comienzo, que atascó el ataque antoniano desde el bocinazo inicial. Ni en las situaciones de inferioridad numérica aflojó el Ciudad Real, aunque el Portland no perdió la cara al partido en los primeros minutos merced a la actuación del guardameta Kasper, cuyas intervenciones permitieron a los navarros seguir metidos en el partido hasta mediada la primera mitad (3-3).

El Portland no encontró una dirección de juego y los sucesivos errores de pase y lanzamiento permitieron al Ciudad Real pasar a dominar el marcador de forma clara. Los antonianos estuvieron más de diez minutos sin anotar un gol, mientras el bloque manchego rompió claramente el partido con diferencias de hasta cinco goles con la que llegó al descanso (6-11).

Se esperaba tras el descanso la reacción del Portland. Pero, lejos de equilibrar fuerzas, el cuadro navarro siguió con la misma tónica para poner en bandeja el partido al Ciudad Real. El ataque continuó siendo un cúmulo de despropósitos y pese a las mil probaturas del técnico local, Zupo Equísoain, sólo Rocas parecía tener la llave ante la portería manchega, mientras que el Ciudad Real, mucho más serio en defensa y con las ideas más frescas, llegó a disfrutar de una máxima ventaja de nueve goles (9-18, m.45).

El equipo de Dujshebaev, sintiéndose ya ganador, se relajó en el último cuarto del partido, lo que aprovechó el Portland para reducir diferencias con una defensa 5-1 y las paradas de Kasper, el mejor del conjunto antoniano, con lo que se llegó al final a un 19-25 que decanta la final para el Ciudad Real.

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