L D (EFE) El español dejó el equipo Honda tras sus malos resultados del año pasado y éste pilota una Ducati oficial, con la que consiguió el segundo puesto en la parrilla de salida de Jerez y esta vez ha sido tercero, por lo que este domingo saldrá desde la primera línea de salida junto al australiano Chris Vermeulen (Suzuki) y el estadounidense Nicky Hayden (Honda). "El año está siendo muy positivo, con un nivel más alto de lo que pensaba la gente y también superior a lo que algunos deseaban. Me gusta ir contra corriente y esto es una motivación más", señalaba el piloto barcelonés.
Sete hacía estas declaraciones nada más bajarse de la moto al término de la sesión de entrenamientos cuando los pilotos hacen un comentario al locutor oficial de MotoGP. Posteriormente, ya en la rueda de prensa, no quiso entrar a explicar a quién se refería en concreto y, preguntado sobre si había aludido al campeón del mundo de MotoGP, el italiano Valentino Rossi (Yamaha), quien en alguna ocasión ha comentado que le gustaría que Sete no ganara ninguna carrera, el español se limitaba a responder: "No me importa lo que digan los demás". "El que no le gusta ya lo sabe", decía.
Sobre el resultado de los entrenamientos, Gibernau manifestaba que necesitaban uno como logrado este sábado por la tarde, "lo antes posible", y elogió el trabajo de su equipo en la puesta a punto de su moto con la que superó a la otra Ducati oficial, pilotada por el líder del mundial, el italiano Loris Capirossi. "No hicimos muchos cambios, pero los que hicimos funcionaron", señalaba Gibernau, que destacaba la diferencia entre pilotar una Honda y una Ducati.
"La Ducati se lleva diferente, de seco a mojado tenemos que cambiar pocas cosas", indicó. Y en otro momento de su conversación con los periodistas manifestó que para él su moto es la "mejor". "La Honda es más mecánica y la Ducati más electrónica", decía, y, entonces, le preguntaron: "¿cuál es el futuro?", y respondió que "el futuro es ganar".
Sete hacía estas declaraciones nada más bajarse de la moto al término de la sesión de entrenamientos cuando los pilotos hacen un comentario al locutor oficial de MotoGP. Posteriormente, ya en la rueda de prensa, no quiso entrar a explicar a quién se refería en concreto y, preguntado sobre si había aludido al campeón del mundo de MotoGP, el italiano Valentino Rossi (Yamaha), quien en alguna ocasión ha comentado que le gustaría que Sete no ganara ninguna carrera, el español se limitaba a responder: "No me importa lo que digan los demás". "El que no le gusta ya lo sabe", decía.
Sobre el resultado de los entrenamientos, Gibernau manifestaba que necesitaban uno como logrado este sábado por la tarde, "lo antes posible", y elogió el trabajo de su equipo en la puesta a punto de su moto con la que superó a la otra Ducati oficial, pilotada por el líder del mundial, el italiano Loris Capirossi. "No hicimos muchos cambios, pero los que hicimos funcionaron", señalaba Gibernau, que destacaba la diferencia entre pilotar una Honda y una Ducati.
"La Ducati se lleva diferente, de seco a mojado tenemos que cambiar pocas cosas", indicó. Y en otro momento de su conversación con los periodistas manifestó que para él su moto es la "mejor". "La Honda es más mecánica y la Ducati más electrónica", decía, y, entonces, le preguntaron: "¿cuál es el futuro?", y respondió que "el futuro es ganar".