L D (EFE) Fuentes del órgano colegial han confirmado la dimisión de Miguel Casares, quien explica en una entrevista que publica este miércoles el diario El País y recoge Efe que "el problema de Leganés era ético porque hay acuerdo en que eran enfermos terminales que iban a morir en muy corto plazo". Defiende también que "cuando el paciente sufre hay que tratarlo aunque conlleve riesgos que puedan llegar a ser mortales".
Ya entonces afirmó que la sedación paliativa a enfermos agónicos terminales se practica en todos los hospitales y es un tratamiento "absolutamente consolidado y admitido desde el punto de vista técnico y ético". El protocolo que se había diseñado en el hospital de Leganés, manifestó, "era correcto porque se informaba a la familia suficientemente, se tenía el consentimiento informado y se realizaba la sedación para resolver un problema de un paciente, que es la angustia, la agonía, la disnea, el dolor, en una situación en la que ya no hay esperanza porque se tiene una enfermedad mortal en hora o en días".