L D (Europa Press) La rusa Maria Sharapova protagonizaba ante su compatriota Elena Dementieva a priori el duelo más atractivo de los cuartos de final de la cita londinense, que posteriormente no lo resultó tanto debido a la facilidad con la que la ex campeona de Wimbledon se deshizo de su rival en dos mangas (6-1 y 6-4). Sharapova, cabeza de serie número cuatro, impuso la lógica que imperaba en sus enfrentamientos individuales ante Dementieva, que ya domina por cinco victorias a una, y la frenó en su propósito de seguir mejorando su mejor actuación en Wimbledon, donde nunca hasta esta edición había superado la cuarta ronda.
Por su parte, la francesa y primera cabeza de serie, Amelie Mauresmo, hizo lo propio para evitar un doble enfrentamiento nacional en las semifinales de Wimbledon ante la soviética Anastasia Myskina, a la que derrotó con más dificultades de las previstas por 6-1, 3-6 y 6-3. Mauresmo se tomará ahora el choque ante Sharapova como un desafío para superar las semifinales alcanzadas en las ediciones de 2002, 2004 y 2005. La última piedra en el camino hacia la consecución del que sería para ambas su segundo torneo de Grand Slam, tras el Wimbledon de Sharapova en 2004 y el Open de Australia de la gala en 2006.
Por el otro lado del cuadro, la belga Justine Henin-Hardenne, tercera cabeza de serie y reciente ganadora de Roland Garros, se impuso a la francesa Severine Bremond por un doble 6-4, en el enfrentamiento por una plaza entre las cuatro mejores en la hierba de Londres a las que nunca antes se habían acercado. También se produjo el triunfo de la belga Kim Clijsters, que iguala las semifinales de 2003 en su séptima participación en el All England Tennis Club, ante la china Na Li (6-4 y 7-5), en un choque que se le complicó en el segundo set, pero que supo resolver a tiempo rompiendo el saque de su rival antes de la llegada del tie-break. Este triunfo supone el preludio del enésimo duelo entre las dos tenistas belgas, que domina la primera por once victorias a diez, y que significará una buena oportunidad para Clijsters de tornar la historia vivida en las semifinales de la tierra de París y la hierba de Eastbourne, que se decantaron a favor de su rival.