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Maragall dice que Montilla "no es la alegría de la huerta" aunque "habrá que verle"

El todavía presidente de la Generalidad de Cataluña afronta su despedida, con  las elecciones adelantadas a octubre, desde la "soledad" aunque matiza que es un sentimiento que le ha acompañado "desde el primer día" que entró en su despacho. Insiste en una entrevista en El País en que el partido no le pidió que continuase aunque apostilla Maragall que "tampoco hubo petición para que me marchase". Sólo una referencia a su sucesor para admitir que "no es la alegría de la huerta". A pesar de todo, y porque siempre ha ganado en Cornellá, "habrá que verle".

El todavía presidente de la Generalidad de Cataluña afronta su despedida, con  las elecciones adelantadas a octubre, desde la "soledad" aunque matiza que es un sentimiento que le ha acompañado "desde el primer día" que entró en su despacho. Insiste en una entrevista en El País en que el partido no le pidió que continuase aunque apostilla Maragall que "tampoco hubo petición para que me marchase". Sólo una referencia a su sucesor para admitir que "no es la alegría de la huerta". A pesar de todo, y porque siempre ha ganado en Cornellá, "habrá que verle".
(Libertad Digital) Sólo una vez durante toda la entrevista que firman Josep Ramoneda y Josep Martí Gómez habla Pasqual Maragall del que será su sucesor al frente de la candidatura del PSC para presidir la Generalidad. Lo hace para reconocer que José Montilla " no es la alegría de la huerta, pero en su ciudad (Cornellá) ganó siempre, o sea que habrá que verle".
 
No hay más referencias para el hombre que tratará de mantener el poder en Cataluña. Lo único que apunta Maragall es su confianza en que "el proyecto de izquierdas se reeditara, probablemente con formato diferente". Esta es también la única alusión al tripartito y con ella descarta que vuelva a repetirse con el mismo acuerdo del Tinell que llevó a socialistas, independentistas y eco-comunistas a la Plaza de San Jaime.
 
Cuando los entrevistadores le explican que hay mucha gente que piensa que "a Maragall se le han cargado los suyos", el socialista catalán desvía el tema: "A la gente le gusta más la tragedia que la comedia".
 
El todavía presidente de la Generalidad despacha lo que entiende por ser de "derechas o de izquierdas": "Estar con el dinero o con los que no lo tienen, con lo que tienen mando o con los que no lo tienen". Aunque a continuación añade que "no quiere decir que por ser de izquierdas se sea mejor", termina la exposición concluyendo que el comunismo soviético "acabó siendo de derechas".
 
Aprovecha para defender el Estatuto, habla de Cataluña como "nación que no es Estado" y recuerda que a esto último aspiran ERC y "mis amigos Oriol Bohigas y Rubert de Ventós. Nadie sabe a ciencia cierta lo que ocurrirá en el futuro y cómo será Europa dentro de unos años. Yo soy del partido que sea capaz de hacer Europa en serio".

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