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EL RIESGO SE MULTIPLICA POR CUATRO EN NIÑOS DE 7 U 8 AÑOS

Uno de cada cuatro escolares sufre acoso o violencia por parte de sus compañeros

Uno de cada cuatro alumnos sufre el acoso o la violencia de sus compañeros, sin que se detecten diferencias entre colegios públicos, concertados o privados, según datos de un estudio que pone además de relieve que el 60 por ciento de los acosadores acabará cometiendo un delito antes de cumplir 24 años. El estudio revela que el riesgo de sufrir acoso escolar se multiplica por cuatro en niños con 7 u 8 años y que disminuye progresivamente hasta el Bachillerato.

L D (Agencias) El estudio "Violencia y Acoso Escolar en España", presentado este lunes a la prensa y ha sido dirigido por Araceli Oñate, directora del Instituto de Innovación Educativa, e Iñaki Piñuel, profesor en la Universidad de Alcalá y director del "Mobbing Research" (Investigación del Acoso).

El estudio revela que el riesgo de sufrir acoso escolar se multiplica por cuatro en niños con 7 u 8 años y que disminuye progresivamente hasta el Bachillerato (16-18 años), etapa esta última en la que el porcentaje de acoso en las aulas (en torno al 11 por ciento) coincide con el acoso que se produce en otros ámbitos, como el doméstico o el laboral, informa Efe.

El informe se basa en un muestreo realizado entre 25.000 alumnos de catorce comunidades (todas excepto Valencia, Baleares y La Rioja), lo que según sus autores lo convierte en el más grande que se ha realizado en Europa sobre esta materia.

Piñuel y Oñate explicaron que el concepto de acoso escolar incluye tanto las agresiones y el daño físico, que representa el diez por ciento de los casos, como la violencia psicológica, en la que incluyeron el hostigamiento verbal, las amenazas, la intimidación o las coacciones, y advirtieron del daño físico y psíquico que provocan las dos formas de acoso y del riesgo de que esos daños se hagan crónicos.

Consecuencias psicopatológicas

Los autores del estudio advirtieron de que del análisis de las encuestas rellenadas por los alumnos se deduce que existen unos 250.000 que sufren un acoso o una violencia "muy intensa", y que la mitad de ellos presentan consecuencias psicopatológicas (lo que incluye tendencia al suicidio) y pueden llegan a la vida adulta con un daño crónico y ser más vulnerables ante otras formas de acoso.

Iñaki Piñuel advirtió contra la "trivialización" y la "banazalización" de la violencia psicológica, contra la negación del problema que hacen algunas instituciones, centros, padres o profesores, y contra tópicos como el de que "son cosas de niños", "es un caso aislado", "hay que aprender a manejarse en la vida", y denunciaron el error elemental que se comete al considerar que la víctima es la principal responsable de lo que ocurre.

Niños en Andalucía, los que más

El acoso es mayor entre niños (24,4 por ciento) que entre las niñas (21,6), y las mayores tasas se han detectado en Andalucía (un 27,7 por ciento), País Vasco y Navarra (25,6), y las más bajas en Aragón (el 18 por ciento de los escolares son víctimas) y Canarias (19,01).

En Asturias y Cantabria la tasa de acoso o violencia alcanza el 23,6; en Madrid, el 23,4; en Castilla y León el 22,70; en Cataluña el 22,6; en Galicia el 22,4; en Murcia el 21,50; y en Extremadura y Castilla-La Mancha el 20 por ciento.

Los autores del estudio apuntaron, entre las conclusiones del estudio, dos datos "esperanzadores": que tres de cada cuatro niños acosados no se convierten a su vez en acosadores, y que en el veinte por ciento de los casos son los propios compañeros los que detienen las actitudes hostiles hacia un alumno.

Protocolos de "buen trato"

Abogaron por la puesta en marcha de un Plan Integral de Prevención de la Violencia y el Acoso Escolar que incluya la evaluación periódica de la situación, la implantación de protocolos de "buen trato", por planes específicos de formación del profesorado y por el asesoramiento y el apoyo a las víctimas y a sus familias.

Entre los indicadores que apuntan la existencia de violencia y acoso destacan los cambios repentinos de comportamientos, las estrategias para ausentarse del colegio, síntomas psicosomáticos como ansiedad o insomnio o la pérdida de autoestima.

Piñuel y Oñate precisaron que los comportamientos de acoso más frecuentes que denuncian los niños son la utilización de motes, que no les dirigen la palabra, que se ríen de ellos cuando se equivocan, les acusan de decir cosas que no han hecho o dicho, burlarse de la apariencia física, les imitan para burlarse, les pegan puñetazos, collejas o patadas, y se meten con ellos hasta hacerles llorar.

Los autores del acoso suelen ser los niños o las niñas de la propia clase y grupos de otras clases, habitualmente mayores que la víctima, aunque los autores del estudio han detectado que en un 3,7 por ciento de los casos los niños que se sienten víctimas del acoso apuntan a los profesores como responsables del mismo.

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