L D (Europa Press) De entre todas sus medallas, el atleta reconoció que la plata de 1994, tras el soriano Fermín Cacho, había sido la que más satisfecho le había dejado puesto que le dio "el salto definitivo a la fama", confirmándole "que seguía una buena progresión y que podía llegar a un nivel muy alto". El corredor recordó que 1998 fue "sin duda el mejor año de su carrera". "Fue mi mejor año con diferencia, con 29 años, haciendo mis mejores marcas de 1.500, 3.000 y 5.000 metros y, además, fui campeón de Europa en esta última distancia", afirmó.
Por otra parte, también recordó con cariño la plusmarca europea de los 3.000 metros, que todavía conserva a nivel nacional, tras superar la impuesta previamente por Manuel Pancorbo. "Es una marca que aún puede durar muchos años a nivel español. Luego me dolió un poco que perdiera mi récord ante un atleta africano nacionalizado belga (Mourhit qué también logró el de 5.000 y 10.000 metros) y que después además dio positivo", destacó.
Modelo a seguir
El palentino recordó a Fermín Cacho como su "modelo en cuanto a la competitividad en la pista". "Siempre me fijé en la trayectoria deportiva de Fermín Cacho, puesto que nos conocíamos desde júniors", aunque también apuntó a Antonio Prieto, Martín Fiz o Abel Antón como sus "mejores referencias" en el atletismo español, y al alemán Dieter Baumann, al que definió como la "bestia negra" de los españoles.
El ex campeón de Europa de 5.000 metros rememoró sus éxitos en ruta, donde consiguió cuatro triunfos en las prestigiosas pruebas de la Milla de Nueva York, la San Silvestre Vallecana y la Jean Bouin de Barcelona.
El atleta español destacó que no ha tenido lesiones "de gran importancia", pero que tuvo dos momentos muy importantes que sí le dejaron mal sabor de boca. "En los meses previos a los Juegos de Barcelona, que hubiera sido mi primera participación olímpica, tuve una anemia y ya no pude estar bien; luego en el 2000 en Sidney, donde tenía ganas de hacer el 5.000, tuve una mononucleosis que me apartó varios meses", señaló.