L D (Europa Press) La madre de la menor explicó: "Han sido muchas mañanas de lloros, de dificultad porque no quería ir al colegio por miedo, por angustias, no dormía bien tampoco,... son momentos muy difíciles de vivir".
La madre relato que "primero empezó por el aislamiento, insultos entre comillas, intimidaciones bastantes, intimidaciones por 'messenger' y palabras bastante fuertes de odio". Asimismo, en varias ocasiones pudo ver los mensajes electrónicos que le enviaban sus compañeras de clase, todos ellos para darle "órdenes" y decirle lo que tenía que hacer y no podía hacer. "Mi hija los seguía bastante porque tenía miedo", apuntó.
En declaraciones a Europa Press TV, la madre relató que "primero le dije que tenía que arreglarlo con ellas, pero no hubo manera, lo intentó, hizo lo necesario, pero después tuvo que hablar con su tutor... pero las cosas continuaban". Y continuó: "Empezó a quejarse más, a no poder dormir, a estar inquieta, también tenía problemas de nutrición (..) y decidí llamar a la dirección para ver qué pasaba, pero ella no quería porque tenía miedo".
Ayuda psicológica
"Cuando fui al colegio, (la niña) ya estaba en el psicólogo porque no quería comer, estaba muy inquieta,... y decidí coger un psicólogo, que la ayudó, e informé al colegio de que estaba con medicación y con ayuda psicológica", manifestó. Sin embargo, la reacción de los directivos del Colegio Suizo no fue la esperada. En una primera reunión, "en vez de escuchar lo que tenía que decir mi hija, el director de Secundaria le atacó y tuve que pararle diciéndole que tenía que hablar con otro tono", para que la niña pudiera explicar que "se sentía muy aislada, muy molesta" y sentía "mucho miedo y no sabía qué hacer".
Tras ese encuentro, "pasó el tiempo y no pasaba nada", y un mes después, el Colegio informó a la familia que habían realizado una serie de tests a los alumnos de la clase para detectar cómo se sentían respecto a su clase y a la inversa. "Yo me acuerdo muy bien que en el test sobre lo que los niños sentían, tres de ellos, se sentían rechazados. De modo que sí que tenían constancia de que la niña sí tenía problemas con sus compañeras", planteó.
El colegio no ayuda
El Colegio no sólo no tomó medidas disciplinarias, sino que hizo caso omiso de todos los esfuerzos de la madre de la víctima por concertar un encuentro con los padres de las compañeras de su hija. "El colegio no la ha ayudado, no ha sido competente como dirección de Colegio; y ese Colegio es un buen colegio. El problema es que por un mal funcionamiento de la dirección mi hija ha tenido que salir de allí y eso no es justo", juzgó.
Por esta razón, explicó que ha decidido acudir ante la Justicia. "No quiero ni culpar al niño porque, en un momento dado, un adolescente hace sus tonterías, pero si nadie le para ¿Dónde va? ¿Hasta donde llega? Porque si un adulto no la para ¿Quién la va a parar?", planteó.
Notas bajas
Al final, "la niña tuvo que contar con la psicóloga, con su familia y estudiar muy fuerte para poder pasar el año que era una de las condiciones para poder salir del colegio". "Se ha puesto a estudiar –porque sus notas habían bajado mucho– y salió (del Colegio) porque me lo pidió ella con mucha fuerza porque no quería quedarse allí porque estaba muy mal", añadió.
"Espero que el director cambie sus declaraciones, porque ha dicho que son casos aislados, y no lo es", insistió, al tiempo que especificó sus razones para permanecer en el anonimato: "No es por miedo al colegio ni por miedo a la sociedad, porque mi hija no ha hecho nada mal, es simplemente para que no molesten a mi hija".
El abogado de la familia ha anunciado que interpondrá una demanda civil contra el colegio por daños y perjuicios a la menor.