Zapatero apuesta más por esa colaboración que por un pacto de Estado como tal, algo que considera complicado en un momento como el actual, con elecciones municipales y autonómicas el próximo año y generales en 2008. También ve difícil conseguir ese pacto cuando hay ideologías diferentes ante lo que supone la inmigración y cuando, dijo, desde el Partido Popular hay cosas que se dicen y que él nunca compartirá.
A juicio de Zapatero, en el tema de la inmigración "lo más importante" y "fundamental" es la "integración, la convivencia cívica", esto es, políticas sociales específicas, individualizadas en las zonas donde hay más inmigrantes. "Eso es lo que como país nos debe comprometer", señaló. Expuso que el "esfuerzo de control de fronteras" tendrá "un gobierno razonable a medida que se consolida la cooperación" con los países de origen y tránsito.
El presidente reiteró la necesidad de que la inmigración debe ser legal y vinculada al mercado de trabajo. Declaró que en España se ha llegado a tiempo y que es importante el cómo va a vivir esa población y con qué pautas de convivencia. Por ello, a su juicio, estos temas fundamentales de integración no dependen tanto de una legislación.
Zapatero declaró por último que la política de inmigración tiene muchas vertientes y que es necesario el concurso de todas las Administraciones.