L D (EFE) El Unicaja abrió la Euroliga 2006-07 en una cancha de las más difíciles del continente, la del Maccabi Tel Aviv israelí, subcampeón en funciones y bicampeón en las campañas 2003-04 y 2004-05. Su momento de forma, que le ha llevado a las catacumbas de la clasificación con cuatro derrotas en cinco jornadas, tampoco le anunciaba un panorama sencillo. El conjunto hebreo ya no es el mismo que la temporada pasada. Aguantó la salida del lituano Sarunas Jasikevicius a la NBA sin traumas, pero esta campaña la salida de hombres tan importantes y decisivos como el estadounidense Willie Solomon, el francés Tony Parkerm y el internacional israelí Tal Burstein se han dejado notar.
Aún así, sigue siendo uno de los grandes candidatos a la corona europea y dispone de un gran potencial. Un potencial que encendió todas las alarmas del campeón español y de su técnico, el italiano Sergio Scariolo, en el primer cuarto. Con un gran acierto en el perímetro y desde la línea de personal, aferrado al croata Nikola Vujcic dentro de ambas zonas y a la muñeca de seda del lituano Simas Jasaitis, el Maccabi levantó una guillotina sobre el cuello de los andaluces, a quienes endosó la friolera de 34 puntos en los diez primeros minutos.
Los telavivíes firmaron un parcial de 24-6 entre el minuto cuatro y el diez. El Unicaja parecía abocado a un gran batacazo. Pero reaccionó. Y lo hizo de la mano de dos campeones del mundo, Carlos Cabezas y Berni Rodríguez, y del griego Kostas Vasileaidis. El alero heleno firmó cinco puntos consecutivos en la salida del segundo corte, Cabezas y Rodríguez le secundaron y el Unicaja completó un parcial de 0-17 (34-33) muy poco habitual para un equipo visitante en el feudo macabeo.
El croata Neven Spahija, técnico de los locales, salió del apuro por medio de su compatriota Vujcic, uno de los pivots mas determinantes del concierto europeo, pero la formación andaluza ya había salido de la puerta del infierno y el choque entró en una fase donde los dos cincos se jugaron de igual a igual. El 49-49 del intermedio dejaba claro el vuelco que había dado el choque
Cabezas fue el jugador más incisivo del Unicaja. Soportó el peso del tercer cuarto frente a un rival que demostró la valía de una plantilla larga y con calidad. El banquillo hebreo mantuvo el control del marcador. Lior Elihayu y el estadounidense Jamie Arnold -ex del Joventut- respaldaron al norteamericano Will Bynun. Dieron aire y fuerza al Maccabi contra un Unicaja a la altura de las circunstancias y con todas las opciones abiertas al final del tercer periodo (74-73). El ala-pívot checho Jiri Welsch consiguió el premio al coraje y el juego del campeón ACB nada más empezar el último periodo. Una bandeja del jugador cajista subió la primera ventaja española de la velada al marcador (74-75).
Welsch también fue el artífice del empate a 80. Faltaban seis minutos. Luego respondió a un peligroso triple de Derrick Sharp (83-82 m.36) y, en pleno fragor, surgió el base Will Bynum para asestar un duro golpe al equipo del Martín Carpena con tres puntos de tacada en un momento altamente delicado para los dos bloques (86-82 m.36). Eso sí, había otro gran base sobre la pista del coliseo hebreo. Carlos Cabezas. Welsch puso otro granito con un tiro libre y el internacional español sumo una bandeja y un triple que devolvieron el equilibrio al tanteador en una situación de riesgo máximo (88-88 m.39).
Tiempo muerto del Maccabi. Un par de lanzamiento de personal de Vujcic y minuto de Scariolo (90-88). Turno para Cabezas, sensacional, y nuevo empate para forzar la prórroga (90-90). Maccabi y Unicaja regresaron al parqué para continuar con el intercambio de canastas, pocas, aunque todas vitales. Una escapada materializada por Sharp topó, otra vez, con Cabezas (95-94 m.42). Los israelíes lo intentaban una y otra vez. Los españoles contestaban siempre.
Bynum (97-94), después Welsch (97-95), a continuación Arnold por duplicado (101-95). La brecha abierta por el Maccabi, por fin, fue decisiva. Al Unicaja apenas le quedaba tiempo y, después de todo, cayó. De esa forma y en esa cancha perder así sólo está al alcance de los grandes equipos. El Unicaja sucumbió, aunque con mejor pronóstico.
Aún así, sigue siendo uno de los grandes candidatos a la corona europea y dispone de un gran potencial. Un potencial que encendió todas las alarmas del campeón español y de su técnico, el italiano Sergio Scariolo, en el primer cuarto. Con un gran acierto en el perímetro y desde la línea de personal, aferrado al croata Nikola Vujcic dentro de ambas zonas y a la muñeca de seda del lituano Simas Jasaitis, el Maccabi levantó una guillotina sobre el cuello de los andaluces, a quienes endosó la friolera de 34 puntos en los diez primeros minutos.
Los telavivíes firmaron un parcial de 24-6 entre el minuto cuatro y el diez. El Unicaja parecía abocado a un gran batacazo. Pero reaccionó. Y lo hizo de la mano de dos campeones del mundo, Carlos Cabezas y Berni Rodríguez, y del griego Kostas Vasileaidis. El alero heleno firmó cinco puntos consecutivos en la salida del segundo corte, Cabezas y Rodríguez le secundaron y el Unicaja completó un parcial de 0-17 (34-33) muy poco habitual para un equipo visitante en el feudo macabeo.
El croata Neven Spahija, técnico de los locales, salió del apuro por medio de su compatriota Vujcic, uno de los pivots mas determinantes del concierto europeo, pero la formación andaluza ya había salido de la puerta del infierno y el choque entró en una fase donde los dos cincos se jugaron de igual a igual. El 49-49 del intermedio dejaba claro el vuelco que había dado el choque
Cabezas fue el jugador más incisivo del Unicaja. Soportó el peso del tercer cuarto frente a un rival que demostró la valía de una plantilla larga y con calidad. El banquillo hebreo mantuvo el control del marcador. Lior Elihayu y el estadounidense Jamie Arnold -ex del Joventut- respaldaron al norteamericano Will Bynun. Dieron aire y fuerza al Maccabi contra un Unicaja a la altura de las circunstancias y con todas las opciones abiertas al final del tercer periodo (74-73). El ala-pívot checho Jiri Welsch consiguió el premio al coraje y el juego del campeón ACB nada más empezar el último periodo. Una bandeja del jugador cajista subió la primera ventaja española de la velada al marcador (74-75).
Welsch también fue el artífice del empate a 80. Faltaban seis minutos. Luego respondió a un peligroso triple de Derrick Sharp (83-82 m.36) y, en pleno fragor, surgió el base Will Bynum para asestar un duro golpe al equipo del Martín Carpena con tres puntos de tacada en un momento altamente delicado para los dos bloques (86-82 m.36). Eso sí, había otro gran base sobre la pista del coliseo hebreo. Carlos Cabezas. Welsch puso otro granito con un tiro libre y el internacional español sumo una bandeja y un triple que devolvieron el equilibrio al tanteador en una situación de riesgo máximo (88-88 m.39).
Tiempo muerto del Maccabi. Un par de lanzamiento de personal de Vujcic y minuto de Scariolo (90-88). Turno para Cabezas, sensacional, y nuevo empate para forzar la prórroga (90-90). Maccabi y Unicaja regresaron al parqué para continuar con el intercambio de canastas, pocas, aunque todas vitales. Una escapada materializada por Sharp topó, otra vez, con Cabezas (95-94 m.42). Los israelíes lo intentaban una y otra vez. Los españoles contestaban siempre.
Bynum (97-94), después Welsch (97-95), a continuación Arnold por duplicado (101-95). La brecha abierta por el Maccabi, por fin, fue decisiva. Al Unicaja apenas le quedaba tiempo y, después de todo, cayó. De esa forma y en esa cancha perder así sólo está al alcance de los grandes equipos. El Unicaja sucumbió, aunque con mejor pronóstico.