L D (EFE) Los secuestrados son forman parte de la plantilla del instituto, incluido su director general. El ministro iraquí de Educación Superior, el suní Abed Diab al Uyeili, que aseguró que los secuestradores vestían uniformes militares, acusó a las fuerzas de seguridad iraquíes de no haber "tomado ninguna acción rápida para perseguir a los secuestradores", a pesar, dijo, de que había avisado personalmente de lo sucedido a los ministerios de Interior y Defensa.
También indicó que, según testigos, los captores se dirigieron con los secuestrados hacia el barrio Al Shaab, en el noroeste de Bagdad, donde está la sede del Ministerio de Interior, y cuyos habitantes son en su mayoría chiíes. Otras fuentes que no quisieron revelar su identidad aseguraron que algunos de los secuestrados han entrado en contacto con la policía para asegurarles que se encuentran como rehenes en el barrio chií de Ciudad Sadr, en Bagdad, feudo de las milicias chiíes fieles a Muqtada al Sadr. Al caer la noche, sólo habían sido liberados 20 de los retenidos.
Por otro lado, el ministro de Educación Superior ha solicitado al primer ministro, Nuri al Maliki, en una sesión urgente del parlamento celebrada con motivo del suceso, que suspenda las clases en todas las universidades este año. El responsable de educación superior aseguró que esta operación era una "conspiración que tenía como objetivo acabar con la educación en el país y privarla de gente capacitada y profesorado para hacer que fracase el gobierno y su proyecto político".
El ministro explicó que los secuestradores habían llegado en coches diferentes (20 según fuentes del Ministerio de Interior) con los que rodearon el edificio antes de irrumpir en él. Una vez que tomaron a los funcionarios, les quitaron los teléfonos móviles, separaron a los hombres de las mujeres y se llevaron a los primeros a punta de pistola a los vehículos en los que habían llegado. Al Uyeili explicó también que el secuestro se había llevado a cabo en unos 10 o 15 minutos. Centenares de civiles iraquíes, entre ellos empleados del Gobierno, han sido secuestrados en los últimos meses por grupos terroristas, y mientras algunos de ellos fueron liberados más tarde, otros fueron asesinados por sus captores.
La comunidad suní acusa de estos secuestros a "escuadrones de la muerte" que hay en el Ministerio de Interior, controlado por los chiíes. La policía iraquí encuentra casi a diario en distintas áreas del país cadáveres de decenas de personas con impactos de bala y señales de tortura. Sólo este lunes fueron hallados más de 40 cadáveres en esas circunstancias.
También indicó que, según testigos, los captores se dirigieron con los secuestrados hacia el barrio Al Shaab, en el noroeste de Bagdad, donde está la sede del Ministerio de Interior, y cuyos habitantes son en su mayoría chiíes. Otras fuentes que no quisieron revelar su identidad aseguraron que algunos de los secuestrados han entrado en contacto con la policía para asegurarles que se encuentran como rehenes en el barrio chií de Ciudad Sadr, en Bagdad, feudo de las milicias chiíes fieles a Muqtada al Sadr. Al caer la noche, sólo habían sido liberados 20 de los retenidos.
Por otro lado, el ministro de Educación Superior ha solicitado al primer ministro, Nuri al Maliki, en una sesión urgente del parlamento celebrada con motivo del suceso, que suspenda las clases en todas las universidades este año. El responsable de educación superior aseguró que esta operación era una "conspiración que tenía como objetivo acabar con la educación en el país y privarla de gente capacitada y profesorado para hacer que fracase el gobierno y su proyecto político".
El ministro explicó que los secuestradores habían llegado en coches diferentes (20 según fuentes del Ministerio de Interior) con los que rodearon el edificio antes de irrumpir en él. Una vez que tomaron a los funcionarios, les quitaron los teléfonos móviles, separaron a los hombres de las mujeres y se llevaron a los primeros a punta de pistola a los vehículos en los que habían llegado. Al Uyeili explicó también que el secuestro se había llevado a cabo en unos 10 o 15 minutos. Centenares de civiles iraquíes, entre ellos empleados del Gobierno, han sido secuestrados en los últimos meses por grupos terroristas, y mientras algunos de ellos fueron liberados más tarde, otros fueron asesinados por sus captores.
La comunidad suní acusa de estos secuestros a "escuadrones de la muerte" que hay en el Ministerio de Interior, controlado por los chiíes. La policía iraquí encuentra casi a diario en distintas áreas del país cadáveres de decenas de personas con impactos de bala y señales de tortura. Sólo este lunes fueron hallados más de 40 cadáveres en esas circunstancias.