LD (EFE) La ministra de Defensa de Uganda, Ruth Nankabirwa, afirmó que su país no ha entregado armas a Somalia ni envía efectivos para proteger al Gobierno somalí de transición, que tiene su base en Baidoa, a 245 kilómetros al noroeste de Mogadiscio, la capital.
La acusación está contenida en un informe de la ONU de ochenta páginas, difundido en Kampala, que trata sobre la violencia que se vive en Somalia y que será discutido el próximo viernes por el Consejo de Seguridad. En respuesta, la ministra dijo que "estamos siendo falsamente acusados de enviar tropas y de abastecer con armamento a Somalia, y no hay nada de verdad en ello".
El informe nombra a Uganda entre otros diez países y grupos amados que han roto el embargo al transportar vía marítima armas y equipo militar dentro de Somalia, país inmerso en el caos y el desgobierno desde que en 1991 fuera derrocado al dictador Mohamed Siad Barre.
El documento señala que "en términos de implicación regional, la presencia de Etiopía y Uganda por un lado, y de Eritrea y Yibuti por el otro, complica gravemente cualquier posible solución política, pues los cuatro son miembros de la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo, que lidera las conversaciones de paz del gobierno interino". El documento precisa que las armas de ambas partes en el conflicto son "de la catastrófica era de la 'Guerra Fría'", procedentes de países del bloque del Este, e incluyen ametralladoras, rifles de asalto, lanzagranadas, minas y armas antitanque y antiaéreas.
Las armas más sofisticadas, agrega el informe, están todavía por llegar, principalmente para el bando islámico, que incluyen bazocas antiaéreos, lanzamisiles y misiles infrarrojos antitanque de segunda generación, para combatir a las fuerzas etíopes que auxilian al gobierno. Además, dos grupos rebeldes están ayudando al bando islámico y personal del grupo chií libanés Hezbolá ha llegado ya a Somalia.