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MARÍN TUVO QUE PROHIBIRLAS ANTE LOS CONTINUOS ABUSOS DE ERC

La pretensión de los nacionalistas de imponer las lenguas autonómicas paraliza la reforma del reglamento del Congreso

El presidente del Congreso, Manuel Marín, no consiguió este martes su propósito de impulsar la reforma del Reglamento de la Cámara antes de Navidad dado que los grupos minoritarios nacionalistas intentaron imponer el uso de las lenguas autonómicas, a lo que se negó el PP. Marín ya permitió el uso restringido de las lenguas cooficiales al principio de la legislatura, pero finalmente tuvo que prohibirlas por los continuos abusos de los nacionalistas, que en algunas ocasiones llegaron a cuestionar su autoridad. Los nacionalistas, en cuyas manos están las Cortes españolas, se sienten "rehenes" del PP.

El presidente del Congreso, Manuel Marín, no consiguió este martes su propósito de impulsar la reforma del Reglamento de la Cámara antes de Navidad dado que los grupos minoritarios nacionalistas intentaron imponer el uso de las lenguas autonómicas, a lo que se negó el PP. Marín ya permitió el uso restringido de las lenguas cooficiales al principio de la legislatura, pero finalmente tuvo que prohibirlas por los continuos abusos de los nacionalistas, que en algunas ocasiones llegaron a cuestionar su autoridad. Los nacionalistas, en cuyas manos están las Cortes españolas, se sienten "rehenes" del PP.
L D (Agencias) Tras una ronda de contactos con los líderes de las formaciones parlamentarias, incluyendo una entrevista con el presidente del PP, Mariano Rajoy, Marín llevó a la Junta de Portavoces del Congreso su propuesta de impulsar esta reforma reglamentaria, pendiente desde hace décadas, mediante la separación de los textos sobre los que se ha venido trabajando en los últimos meses.  Así, planteó aprobar por un lado el Reglamento, con rango de ley y donde no se mencionarían las lenguas cooficiales, y por otro lado unas normas de funcionamiento por acuerdo de los grupos, donde se podría permitir un uso restringido del catalán, gallego y euskera, siempre breve y seguido de traducción.
 
ERC y los nacionalistas, aceptaban esta forma imponiendo que ambos textos se aprobasen al mismo tiempo y se les garantizase la consolidación de ese uso de las lenguas cooficiales que Marín ya llevó a la práctica a principios de legislatura. Sin embargo, el PP se negó a dar su aval al empleo de los idiomas cooficiales alegando que el castellano es el único oficial en el conjunto del país.
En ese contexto, se descartó la idea de incluir en los plenos que restan para Navidad el debate de totalidad del Reglamento del Congreso. Según el 'popular' Eduardo Zaplana, "Marín ha tirado la toalla", aunque el resto de grupos no descartan nuevos intentos para acometer la reforma. El propio presidente de la Cámara ha comentado ya que no se da por vencido y que lo seguirá intentando en lo que resta de legislatura. 
 
Zaplana aplaudió el "último intento" de Marín pasa sacar adelante los cambios, pese a que "sabía que estaba condenado al fracaso" porque, aunque los grupos mayoritarios tenían un acuerdo sobre los puntos fundamentales de la reforma, "los nacionalistas no están de acuerdo en que el castellano sea la única lengua". "En el Parlamento español se tiene que hablar la lengua oficial de España", sentenció. En este sentido, acusó al PSOE de "cargarse" la reforma porque, en su opinión, los socialistas están "presos" de los "nacionalistas radicales". "Todas las decisiones de esta legislatura están marcadas por la influencia decisiva de los nacionalismos radicales --enfatizó--. A este paso, mientras gobiernen los socialistas jamás tendremos nuevo Reglamento", proclamó.
 
Los nacionalistas catalanes, "rehenes" del PP
 
Las formaciones nacionalistas  reprocharon al PP que no se pliegue a sus deseos. Joan Herrera, portavoz de IU-ICV, dijo con gran victimismo que "somos rehenes de Zaplana y Acebes", sin recordar que son precisamente sus votos los que ayudan a Zapatero a sacar adelante cualquier tipo de ley sin el acuerdo del PP, pese a que esta formación representa a millones de españoles y la de Herrera a un puñado.
 
Para el radical nacionalista Joan Tardá, portavoz de ERC, Marín se ha encontrado hoy con un "terraplén enorme, que es la intransigencia del PP y la incapacidad del PSOE para convencerle". En su opinión, es una "vergüenza" que se "hipoteque" su aprobación por la "incapacidad" de ambas formaciones de ir "normalizando" los usos lingüísticos. Tardá admitió que quería aprobar también el reglamento del Congreso sin el PP, como vienen haciendo los nacionalistas durante toda la legislatura en respuesta al pacto del Tinell que excluye de la vida política al único partido de la oposición.
 
Sin embargo en el PSOE ha mostrado un poco de cordura en esta ocasión.   Su portavoz parlamentario, Diego López Garrido, garantizó que su formación aceptaba "cualquier fórmula" sobre las lenguas. Eso sí, rechazó la idea de aprobar las normas de funcionamiento del Congreso sin el PP, alegando que esta cuestión como las leyes electorales y las reformas constitucionales deben aprobarse por un "consenso prácticamente unánime". Según dijo, el Grupo Popular deseaba un pacto con el PSOE dejando fuera "a todos los demás", lo que los socialistas no aceptan y tampoco quieren un acuerdo con las minorías sin el PP.

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