L D (EFE) En la carta que publican los diarios vascos, el obispo de San Sebastián se dirige por igual a ETA y su entorno y al Gobierno. Les pide que den unas “primeras señales” para "recuperar la confianza entre los interlocutores". Juan María Uriarte apunta que la negociación atraviesa "un momento difícil y delicado" y advierte de que "es indigno e irresponsable" jugar con al esperanza de paz de un pueblo "produciendo zozobra o sembrando escepticismo".
"Quien con sus actos y omisiones pusiera en serio peligro la andadura hacia la paz contraería ante el pueblo, ante la historia y ante Dios una gravísima responsabilidad", sostiene. Por ello, el obispo donostiarra reclama con "apremio" a los "responsables" que esta crisis sea superada y "renazca la confianza mutua" entre los interlocutores, para lo que reclama el cese total de la violencia callejera y el cambio de la política penitenciaria.
También aboga por un "auténtico diálogo" al margen de los medios de comunicación y por "disipar maximalismos e inmovilismos", sustituyéndolos por un recorte de las "aspiraciones" y "flexibilidad de las posiciones". Uriarte considera que la violencia y las amenazas deben desaparecer "sin contrapartidas" porque "adulteran cualquier camino". Por último, también equipara a los familiares de las víctimas de ETA con los familiares de los etarras encarcelados. Así, muestra la cercanía de todos los cristianos hacia los familiares de las víctimas del terrorismo y hacia los familiares que "tienen a los suyos muy lejos o muy dentro ", en referencia a los presos de ETA.
"Quien con sus actos y omisiones pusiera en serio peligro la andadura hacia la paz contraería ante el pueblo, ante la historia y ante Dios una gravísima responsabilidad", sostiene. Por ello, el obispo donostiarra reclama con "apremio" a los "responsables" que esta crisis sea superada y "renazca la confianza mutua" entre los interlocutores, para lo que reclama el cese total de la violencia callejera y el cambio de la política penitenciaria.
También aboga por un "auténtico diálogo" al margen de los medios de comunicación y por "disipar maximalismos e inmovilismos", sustituyéndolos por un recorte de las "aspiraciones" y "flexibilidad de las posiciones". Uriarte considera que la violencia y las amenazas deben desaparecer "sin contrapartidas" porque "adulteran cualquier camino". Por último, también equipara a los familiares de las víctimas de ETA con los familiares de los etarras encarcelados. Así, muestra la cercanía de todos los cristianos hacia los familiares de las víctimas del terrorismo y hacia los familiares que "tienen a los suyos muy lejos o muy dentro ", en referencia a los presos de ETA.