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Un informe señala a los nuevos "autócratas" elegidos en las urnas como principal amenaza a la libertad de prensa

Los "autócratas" elegidos en las urnas, como el presidente venezolano, Hugo Chávez, o el ruso, Vladimir Putin, han puesto en marcha un nuevo y "alarmante" modelo de control gubernamental de la prensa, según un informe del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ). Este estudio, difundido este viernes, presenta el surgimiento de ese tipo de líderes como una de las amenazas para la libertad de expresión en el mundo en el 2006, un año en el que la organización confirmó el asesinato de 55 periodistas, frente a los 47 del 2005. Asimismo recuerda que el régimen castrista sigue siendo "uno de los principales encarceladores de periodistas".

L D (EFE) Joel Simon, director ejecutivo del CPJ, cuya sede está en Nueva York destaca en la introducción del informe que "Chávez y Putin representan una generación de líderes sofisticados y elegidos popularmente que han creado un marco legal para controlar, intimidar y censurar a los medios de comunicación".
 
Simon destacó que ese tipo de líderes se presentan a las elecciones y expresan un apoyo retórico a las instituciones democráticas "mientras utilizan medidas punitivas como auditorías de impuestos, manipulación de la publicidad estatal y generalizadas restricciones sobre los contenidos para controlar a los medios".

Por su parte, Carlos Lauría, director de la sección para las Américas del CPJ, señaló este lunes en rueda de prensa que Chávez comparte con muchos de los líderes de izquierda que han subido al poder en Latinoamérica, como los mandatarios de Argentina y Bolivia, la "intolerancia" hacia una prensa crítica. Esa intolerancia refleja "una cultura de represión, que todavía está viva en muchos países latinoamericanos", dijo Lauría. Eso explicaría, según el representante del Comité para la Protección de los Periodistas, porqué el Gobierno conservador del presidente de Colombia, Álvaro Uribe, "reacciona de una forma similar" a los de los líderes de izquierda.

Lauría lamentó también la situación en México, "donde la impunidad frente a los ataques a la prensa sigue siendo la norma", así como el caso de Cuba, donde la dictadura castrista sigue siendo "uno de los principales encarceladores de periodistas" en el mundo. Según el informe, cinco periodistas fueron asesinados el año pasado en Latinoamérica, dos en Colombia, dos en México y uno en Venezuela. El centro estudia otros 27 casos, más de una docena en la región, para determinar si fueron asesinatos.

En 2006, Irak fue el lugar más peligroso del planeta para el ejercicio del periodismo, con un total de 32 asesinados. El CPJ considera, por lo demás, que los casos de Irak y Rusia, son un buen reflejo de "la erosión del estatus del periodista como observador neutral". Por otro lado, el grupo destacó que además del número de muertos también aumentó el de encarcelados, con 134 periodistas entre rejas por el ejercicio de su profesión, nueve más que el año anterior.

Uno de cada tres periodistas en prisión ejerce su trabajo a través de Internet, lo que convierte a esa categoría en la de más rápido crecimiento en cuanto a encarcelamientos. Otro de los apartados destacados del informe se refiere a China, que protagonizó el mayor ataque a la libertad de expresión desde la represión de la Plaza de Tiananmen. Por octavo año consecutivo, China es el país con más periodistas encarcelados, 31. Por otro lado, Corea del Norte, Myanmar y Turkmenistán encabezaron la lista de mayores censores del mundo. El informe llega incluso a criticar a EEUU, cuna de la libertad de prensa, por encarcelar tres periodistas uno en EEUU, otro en Guantánamo y un tercero en Irak. Ahora bien no indica si el motivo de su encarcelamiento fue el desempeño de su profesión u otro.

 La cifra de 55 asesinatos publicada este lunes en este informe es muy diferente a la difundida por otras organizaciones como Reporteros Sin Fronteras (RSF), que se refirió la semana pasada a más de 110 asesinatos en su informe anual del 2006. Según explicó a Efe Lauría, "las discrepancias obedecen a la diferencia de metodología y criterio". En lo que sí coinciden las organizaciones es en que el 2006 fue un año difícil en el que los periodistas se convirtieron en blanco fácil de los que disparan desde la sombra en un intento por silenciar la libertad de expresión.

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