L D (EFE) El pasado 2 de febrero, tras el encuentro contra el Palermo, los hinchas del Catania protagonizaron una batalla campal contra las fuerzas del orden, en la que murió el inspector de policía Filippo Raciti, después de haber sido golpeado en el abdomen con un objeto contundente. El juez Tosel recuerda la "excepcional gravedad de los hechos" y considera que existía "concreto peligro de que se produjesen nuevos actos de violencia".
Asimismo, sobre la decisión del juez ha pesado el hecho de que el Catania ya había sido advertido el 21 de septiembre de 2006, tras los disturbios durante el partido disputado contra el Palermo, y que también sufrió una jornada de cierre del campo tras el partido con el Messina, del 26 de septiembre de 2006, cuando agentes de las fuerzas del orden fueron agredidos mientras atendían a un espectador que se había sentido mal.
El alcalde de Catania, Umberto Scapagnini, y el vicealcalde y asesor del Catania, Giuseppe Arena, han emitido un comunicado en el que han calificado la sentencia como "la enésima injusticia ante un equipo que tendrá que disputar sus próximos partidos sin público y en campo neutro hasta el final de la temporada". Según los máximos representantes de la ciudad, "no es justo descargar en la ciudad de Catania y su club de fútbol, años de absoluto inmovilismo y de infravaloración del grave problema nacional y europeo de la violencia en el fútbol".
Por su parte, el administrador delegado del Catania, Pietro Lo Monaco, afirma que "con esta sentencia se pone una ciudad de rodillas, se la obliga a acabar con el fútbol a pesar de que estaba claro que nuestra responsabilidad era limitada ya que los hechos sucedieron fuera del estadio". Lo Monaco considera que con esta sentencia se castiga también al resto de público del Catania y añade que se "ha usado un doble rasero" para combatir la violencia en el fútbol.
Se trata de la sanción más dura infligida en la historia de Serie A, ya que hasta ahora el récord lo tenía el Legnano, que en la temporada 1951-52 fue castigado con ocho jornadas de cierre del campo por la agresión al árbitro durante un encuentro frente al Verona.