L D (EFE) "No transmitimos algo que no podemos cumplir. No digo que vayamos a ganar la Liga, pero sí creo que debemos ir a por ella y no creo que eso sea añadir presión a los futbolistas, sino que engrandece a una plantilla que lo ha pasado muy mal", sentenciaba. A su juicio, el Valencia ha de "aceptar el rol" de candidato. "Estamos en la obligación de luchar hasta el final porque nos ha costado mucho llegar hasta aquí y porque el equipo está en condiciones de pelear por la Liga", agregó.
Además, Quique explicó que el mensaje de que hay que "luchar al máximo por objetivos máximos" ya ha sido enviado a la plantilla, y afirmó que "ahora son los futbolistas los que deben dar el paso e intentar conseguirlo". Opinó que de aquí al final de la temporada "pueden pasar muchas cosas" y dijo que el Valencia tiene que estar "bien colocado". "Va a haber accidentes, porque no es una Liga decidida en ningún caso y porque hay mucha igualdad y equilibrio", ha indicado.
Quique quiso "dejar claro" que el vestuario no está de cuerdo con que la "actitud" y la "intensidad" no fueran las adecuadas en el último partido de Liga contra el Nástic de Tarragona y afirmó que el equipo "está en una buena dinámica de intensidad y actitud". "El empate contra el Nástic fue un impacto leve que nos ha frenado un poco la euforia y la ilusión", comentó Quique, quien sin embargo dijo estar "tranquilo" sobre cómo afronta el equipo los dos próximos partidos (Celta e Inter de Milán) y un tramo de temporada "muy importante para cumplir los objetivos iniciales".
Quique también considera que el equipo va a "repuntar en cuanto a rendimiento" porque los recursos que se le suman le harán ser mejor y se felicitó del regreso de jugadores "importantísimos" como Baraja y Vicente y de la entrada en el equipo del recuperado Del Horno, quien "empieza a generar muy buenas sensaciones". Quique eludió pronunciarse sobre los aspectos extradeportivos que envuelven la actualidad del club y se limitó a decir que ahora "es época de entrenar mucho, afrontar seriamente cada partido, animar a los futbolistas y de mandar a la afición un mensaje de ilusión".
Sobre el equipo vigués, opinó que es un rival "peligroso" con mejores números fuera de casa, donde juega con "menor presión". "Gustavo López, Nené, Baiano, Cannobio o Oubiña son jugadores de otro nivel, de equipo grande", consideró. Además, opinó que la eliminatoria de octavos de final de la Liga de Campeones contra el Inter de Milán "está al cincuenta por ciento y habrá que sufrir mucho para pasar finalmente porque no será fácil". Sin embargo, afirmó que ahora el partido más importante es el de mañana. "La grandeza y la soberanía de este equipo está en mantenerse en dos competiciones de tan alto nivel. Nosotros tenemos que mirarnos fundamentalmente a nosotros porque es la base para conseguir cosas importantes", consideró.
También declaró que la reunión que mantuvo ayer con Juan Soler, presidente del club, y con Enrique Lucas, vicepresidente, "fue muy positiva" y afirmó que vio a ambos "muy centrados y al lado del equipo". "Me siento igual de respaldado porque siempre me he encontrado bien en mi cargo", concluía.
Además, Quique explicó que el mensaje de que hay que "luchar al máximo por objetivos máximos" ya ha sido enviado a la plantilla, y afirmó que "ahora son los futbolistas los que deben dar el paso e intentar conseguirlo". Opinó que de aquí al final de la temporada "pueden pasar muchas cosas" y dijo que el Valencia tiene que estar "bien colocado". "Va a haber accidentes, porque no es una Liga decidida en ningún caso y porque hay mucha igualdad y equilibrio", ha indicado.
Quique quiso "dejar claro" que el vestuario no está de cuerdo con que la "actitud" y la "intensidad" no fueran las adecuadas en el último partido de Liga contra el Nástic de Tarragona y afirmó que el equipo "está en una buena dinámica de intensidad y actitud". "El empate contra el Nástic fue un impacto leve que nos ha frenado un poco la euforia y la ilusión", comentó Quique, quien sin embargo dijo estar "tranquilo" sobre cómo afronta el equipo los dos próximos partidos (Celta e Inter de Milán) y un tramo de temporada "muy importante para cumplir los objetivos iniciales".
Quique también considera que el equipo va a "repuntar en cuanto a rendimiento" porque los recursos que se le suman le harán ser mejor y se felicitó del regreso de jugadores "importantísimos" como Baraja y Vicente y de la entrada en el equipo del recuperado Del Horno, quien "empieza a generar muy buenas sensaciones". Quique eludió pronunciarse sobre los aspectos extradeportivos que envuelven la actualidad del club y se limitó a decir que ahora "es época de entrenar mucho, afrontar seriamente cada partido, animar a los futbolistas y de mandar a la afición un mensaje de ilusión".
Sobre el equipo vigués, opinó que es un rival "peligroso" con mejores números fuera de casa, donde juega con "menor presión". "Gustavo López, Nené, Baiano, Cannobio o Oubiña son jugadores de otro nivel, de equipo grande", consideró. Además, opinó que la eliminatoria de octavos de final de la Liga de Campeones contra el Inter de Milán "está al cincuenta por ciento y habrá que sufrir mucho para pasar finalmente porque no será fácil". Sin embargo, afirmó que ahora el partido más importante es el de mañana. "La grandeza y la soberanía de este equipo está en mantenerse en dos competiciones de tan alto nivel. Nosotros tenemos que mirarnos fundamentalmente a nosotros porque es la base para conseguir cosas importantes", consideró.
También declaró que la reunión que mantuvo ayer con Juan Soler, presidente del club, y con Enrique Lucas, vicepresidente, "fue muy positiva" y afirmó que vio a ambos "muy centrados y al lado del equipo". "Me siento igual de respaldado porque siempre me he encontrado bien en mi cargo", concluía.