(Libertad Digital) El pasado lunes nada parecía prever que Elena Salgado retiraría su Ley del Alcohol. Se reunió con varias asociaciones del sector del vino, para hacerles una última propuesta, según la cual desde el Gobierno se promovería esa medida, e incluso se fomentaría su consumo responsable. Pero era todo lo que pretendía ceder la ministra de Sanidad. Por lo demás, mantenía su posición sobre la cuestión esencial: el vino estaría sujeto a las mismas condiciones que el resto de bebidas alcohólicas que tuvieran 1,2 grados, o más.
Los representantes de Asaja, COAG y UPA salieron del despacho de Elena Salgado con cajas destempladas, decepcionados por la posición inflexible de la ministra. Comenzaron a hacer llamadas a diversos sectores, para hacer sentir su enfado y anunciar que se pondrían en pie de guerra. Querían llegar hasta el presidente Rodríguez Zapatero, y lo hicieron, según cuenta este jueves el diario ABC por tres vías: Fernando Moraleda, secretario de Estado de Comunicación, y ex secretario de UPA, Joseph Puxeu, secretario general de Agricultura y José María Barreda, presidente socialista de Castilla-La Mancha.
A la media hora de que los representantes del sector del vino salieran de la reunión con Salgado, José Luis Rodríguez Zapatero, que estaba en Ibiza acompañando al hoy dimisionario presidente de Italia, Romano Prodi, estaba al tanto de todo. Al presidente le acompañaban varios ministros, entre los que se encontraba Elena Espinosa, la titular de Agricultura, que pese a oponerse a la lay de su colega se había mantenido en un segundo plano, con tal de no enfrentarse directamente a Salgado, según cuenta este jueves el diario ABC.
Rodríguez Zapatero se había fijado en que Espinosa había realizado toda una campaña de relaciones públicas con el sector, dejándoles caer que desde su ministerio se defenderían sus intereses. El enfado monumental de sus representantes con Salgado le brindaría la oportunidad de hacerlo. Según informa el diario ABC, "entre las dos menos cuarto y las cinco de la tarde, ya en el avión de regreso desde Ibiza, Zapatero y Espinosa, siempre de espaldas a Salgado, intrigaron para acabar con la ley del alcohol". Zapatero se dirigió nada más llegar a IFEMA, donde le preguntaron por las razones por las que no retiraba la ley, y el presidente respondió, según recuerda el diario de Vocento: "En eso estoy ahora mismo".
Poco después llamó a Elena Salgado para obligarle a retirar la polémica ley. El diario El Mundo cuenta que la conversación fue "muy tensa" y que Rodríguez Zapatero le llamó "muy enfadado" por cómo había llevado el asunto.