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Uno de los policías de Leganés dice que vio a un hombre asomarse por la ventana minutos antes de la explosión

Un miembro de la escala básica de la Unidad Central de Información Exterior (UCIE), que fue de los primeros en acudir a Leganés, reconoció que cuando llegó a la zona, sobre las 15.30 horas de la tarde, ya se encontraba por lo menos otra patrulla policial procedente de Canillas. Además, ratificó que el acusado Abdelmajid Bouchar es la persona a la que vio huir de la vivienda de Leganés. Asimismo, antes de que se registrara la explosión, el policía dijo que se encontraba en la calle, justo debajo de la casa. Vio entonces cómo un hombre, con barba, subía las persianas y se asomaba por la ventana del piso, donde se encontraban los supuestos terroristas, para posteriormente volver a cerrarla.

Un miembro de la escala básica de la Unidad Central de Información Exterior (UCIE), que fue de los primeros en acudir a Leganés, reconoció que cuando llegó a la zona, sobre las 15.30 horas de la tarde, ya se encontraba por lo menos otra patrulla policial procedente de Canillas. Además, ratificó que el acusado Abdelmajid Bouchar es la persona a la que vio huir de la vivienda de Leganés. Asimismo, antes de que se registrara la explosión, el policía dijo que se encontraba en la calle, justo debajo de la casa. Vio entonces cómo un hombre, con barba, subía las persianas y se asomaba por la ventana del piso, donde se encontraban los supuestos terroristas, para posteriormente volver a cerrarla.
L D (Europa Press) Un miembro de la escala básica de la Unidad Central de la Información Exterior (UCIE) reconoció hoy ante el tribunal del 11-M al acusado Abdelmajid Bouchar como la persona que huyó el 3 de abril de 2004 de la vivienda situada en el número 40 de la calle Carmen Martín Gaite de Leganés (Madrid), donde presuntamente se suicidaron siete terroristas islamistas.
 
Explicó que Bouchar salió a tirar una bolsa basura "color verde oliva" y del que sobresalía "unos racimos de dátil" y al ver a los agentes de paisano repartidos en las cercanías del portal "se puso nervioso" y en lugar de regresar a la vivienda comenzó a "correr mucho". Bouchar fue detenido el 17 de julio del 2005 en Sarajevo, pasando a prisión provisional desde septiembre de este mismo año. El testigo fue uno de los agentes que salió en persecución del acusado. Relató que por lo menos seis funcionarios policiales de su unidad se desplazaron inicialmente a Leganés tras recibir una orden de su jefe de sección que les urgía acudir porque algunas de las tarjetas de móviles que se estaban investigando desde el 11-M estaban "activas". Su intención inicial era ver si había "implicados utilizándolas". Aunque no les indicaron la zona exacta donde tenían que intervenir.
 
Describió a esa persona como un hombre de joven de constitución "atlética" que salía del portal que "en principio" tenían que controlar. Cuando regresaba hacia la puerta de entrada del edificio, los agentes intentaron "disimular" su presencia. No obstante, Bouchar pasó a "un metro de distancia" y "miró a la cara" a los policías, indicó.
 
"Corría, exactamente, mucho"
 
El testigo agregó que cuando comenzó a alejarse, apreció como Bouchar empezó a "mirar hacia atrás" y aceleró la marcha. Una vez que los agentes comenzaron a seguirle, vio que el acusado empezaba a ponerse "nervioso" y echaba a correr. A pesar de que los policías iniciaron su persecución le perdieron de vista cuando alcanzó las vías del tren, cercanas a la vivienda.  A preguntas de las defensas el testigo describió la huida del acusado y precisó que "corría, exactamente mucho". Los agentes comprobaron que el acusado no se había escondido en las inmediaciones, pero no lograron localizarle, añadió.
 
Al regresar al edificio, el policía procedió a recoger la bolsa que Bouchar había depositado al lado de unos contenedores. "Supe que era esa bolsa por el color", precisó y agregó que, además, se fijó cuando el acusado la sacó que de ella sobresalían "racimos de dátiles". El agente indicó que dejó la bolsa en el maletero de un coche de su Unidad aparcado en las inmediaciones.
 
Tras depositar la bolsa de basura en el maletero del vehículo, el agente escuchó cinco o seis detonaciones que se repitieron en dos ráfagas. Ante los disparos, dijo, los agentes tomaron posiciones, optando el testigo por "parapetarse" en una esquina. Alrededor de las 16.30 horas o 17.00 horas, empezaron a escuchar cánticos en un idioma que supuso árabe. "La verdad que no entendía nada, no sé si cantaban por alegría o por sufrimiento", relató el agente,
 
Explicó que desde donde estaba resguardado escuchó el ruido de una persiana al subirse. Correspondía a una vivienda del primer piso. A la ventana se asomó una persona con barba, que se le quedó mirando unos instantes para después volver a cerrar la persiana. Posteriormente supo que precisamente ése era piso el habitado por los integrantes de la célula. El policía agregó que a la llegada de los GEO, poco después, les comentaron que en la casa podía haber incluso cinco personas. Relató que cinco o diez minutos después de la entrada de los GEO en el edificio "se oyó una detonación". "Luego hubo un momento de silencio y después la explosión, que nos pilló muy cerca a todos", dijo.
 
"Deje de mirarme"
 
En un momento de su declaración el agente se interrumpió y dijo: "Por favor, si deja de mirarme se lo agradecería". Sus palabras se dirigían a uno de los acusados, el considerado autor intelectual de los atentados, Rabei Osman El Sayed, alias "Mohamed El Egipcio", que se inclinó dentro del habitáculo en el que están recluidos para conseguir ver al declarante.
 
Ante el abrupto cambio de tono en su voz, el presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, se dirigió al policía y le explicó que los acusados tienen derecho a ver a los testigos a pesar de la protección que impide que su imagen se difunda fuera de la sala. "Me está incordiando, me pone nervioso", se justificó el policía que solicitó a continuación "alguna otra manera" para seguir con su testimonio con mayor comodidad. "Ellos tienen derecho a mirarle, no hay otra opción, si le molesta gírese hacia aquí", le respondió Gómez Bermúdez. La declaración continuó normalmente y el acusado dejó de mirar al testigo.

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