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VELA

El Desafío Español vuelve a perder ante el New Zealand en semifinales de la Copa Louis Vuitton

El Emirates Team New Zealand ha metido la directa hacia la final de la Copa Louis Vuitton al ganar por segunda vez al Desafío Español en semifinales. A diferencia de lo ocurrido el lunes, los 'kiwis' no han dado esta vez opciones a la embarcación patroneada por el polaco Karol Jablonski y han ganado por 40 segundos. Además, el BMW-Oracle estadounidense ha empatado su eliminatoria con el Luna Rossa italiano tras protagonizar una gran remontada en la segunda regata.

El Emirates Team New Zealand ha metido la directa hacia la final de la Copa Louis Vuitton al ganar por segunda vez al Desafío Español en semifinales. A diferencia de lo ocurrido el lunes, los 'kiwis' no han dado esta vez opciones a la embarcación patroneada por el polaco Karol Jablonski y han ganado por 40 segundos. Además, el BMW-Oracle estadounidense ha empatado su eliminatoria con el Luna Rossa italiano tras protagonizar una gran remontada en la segunda regata.
L D (Carlos Morenilla/Valencia) Correspondía al barco español navegar con bandera amarilla y en la pre-salida ha mantenido su defensa del lado derecho. Había recibido Luis Doreste, por fin a bordo, en el último momento información de su barco metereológico que le indicaba mejor ángulo de viento y presión en ese lado. Los neozelandeses, en su lucha por arrebatar la derecha al barco español, le obligaron a ceder algunos metros, pero el Desafío mantuvo el barlovento y la derecha con menos de una eslora de desventaja en la salida.
 
Primera ceñida
 
La posición de ambos contendientes era incierta en el primer largo, pues el New Zealand marchaba claramente delante pero el Desafío recibía viento limpio y marcaba a su rival de cerca. Debió pesar lo suyo la información recibida en el último momento porque el barco español decidió cambiar de bordo y buscar el lado derecho del campo de regatas. Eligió un pésimo momento, pues uno de los pocos roles de dirección que hubo este miércoles en el viento favoreció a su rival, que adelantó unos metros preciosos antes de virar a su vez y buscar a los españoles.
 
En este largo de babor, con menos intensidad de viento, se vio cómo el barco neozelandés conseguía navegar con más ángulo de ceñida y cómo iba abriendo el canal de distancia entre ambos. Con una distancia que crecía metro a metro, los españoles iniciaron una serie de viradas que les apartara del oponente en busca de la lotería de un viento mejor, aunque eso se produjo el lunes. En esta ocasión el viento era estable y moderado, y el New Zealand marcó muy inteligentemente a los españoles, dejando que se hundieran en su popa cuando navegaban hacia el lado con menos presión, y reaccionando con presteza cuando parecía que iban a recortar. En la boya de barlovento aventajaban al barco español en más de un minuto.
 
Las popas
 
El Desafío redujo distancias en ambas empopadas. En la primera con menos viento apenas una eslora, pero en la siguiente ceñida los neozelandeses se alejaron más de trescientos metros. La última empopada era casi misión imposible, pero el barco español navegó como nunca lo hemos visto. Casi consiguieron el cuerpo a cuerpo con su rival, que al final empezó a mirar y medir constantemente la distancia que los separaba. Cuarenta segundos de retraso en la meta, menos de la mitad de lo que habían perdido en el largo anterior. Resultado, 2-0.
 
El Príncipe Felipe a bordo
 
Si el primer día fue Su Majestad el Rey Don Juan Carlos quien navegó a bordo del barco español, este martes ha sido Su Alteza Real el Príncipe Don Felipe quien ha ocupado el puesto de tripulante 18 en la segunda regata de la eliminatoria. Es claro el apoyo de la Familia Real al esfuerzo del Desafío Español y no les importa que las previsiones deportivas más lógicas pronostiquen que su barco va a perder. Es un apoyo sincero, sin contraprestaciones de gloria deportiva. Una solidaridad con el deporte de la vela nacional que les ha caracterizado siempre en la alegría de los triunfos y en el cosuelo en las derrotas.
 
Se mostraba Don Felipe atento y tenso en todo momento durante la regata, tratando de calcular la distancia que los separaba del rival, y a buen seguro que de no estar prohibido por las normas de la competición, él, que es un navegante experto en regatas de alto nivel, hubiera participado en las decisiones de la popa del barco.
 
Luis Doreste puede ser imprescindible
 
Es imprescindible que, a pesar de la derrota de este martes, Luis Doreste vuelva a ocupar el puesto de estratega del Desafío. Se ha corroborado la mayor velocidad del barco español en las popas y este miércoles, contando con esa información contrastada, el Desafío puede aceptar sin temor una desventaja de una o dos esloras en la baliza de barlovento, sin buscar rumbos desesperados que son imposibles de encontrar teniendo los rivales que tienen. Son, por lo menos, tan buenos navegantes como los españoles y sólo les podrán vencer corriendo más o en una maniobra genial inspirada en Luis Doreste si conseguimos navegar muy juntos.
 
El Luna Rossa pierde su ventaja
 
En la otra eliminatoria de semifinales, el Luna Rossa italiano ha navegado casi toda la regata con ventaja y sólo la ha perdido cuando no podía hacerlo: a escasos metros de la meta. James Spithill, que estaba a la caña del 'challenge' italiano, ha dado una lección en la salida a su homólogo del BMW-Oracle, Chris Dickson, que tardará en olvidar. Lo ha arrinconado tras el barco del comité y sólo le ha permitido cruzar la salida cuando él ya hacia el primer bordo hacia la derecha del campo de regatas. Casi dos esloras que ha ido incrementando en la ceñida. Pero los estadounidenses no han hecho cosas raras y se han mantenido con resignación a la menor distancia posible, sabedores de que en la popa son mucho mejores.
 
En la última empopada los dos barcos se han igualado y han ido al cruce a menos de 500 metros de meta, teniendo los italianos preferencia de paso. Aunque el BMW-Oracle llegaba antes al cruce, no estaba claro si conseguiría pasar o tendría que ceder. El Luna Rossa no ha aguantado el envite y ha trasluchado con el propósito de conseguir desventar al rival, pero la embarcación norteamericana ha roto el compromiso y ha sido capaz de arribar directamente hacia la meta, que el Oracle ha conseguido alcanzar 13 segundos antes. Un desastre de maniobra para perder una regata que los transalpinos parecían que iba a ganar de forma demoledora. Resultado, 1-1.

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