L D (EFE) El corredor del Gerolsteiner dejó con la miel en los labios al gigante noruego Thor Hushovd -Credit Agricole-, que atacó al final pero que hubo que conformarse con la segunda plaza cuando avistaba la victoria a escasos metros de su rueda. La tercera fue para Petacchi, menos poderoso que de costumbre, y después en fila, los Napolitano –Lampre-, McEwen –Predictor-, Usov -Ag2r- y el argentino Richeze, siempre en la pomada cuando de velocidad se trata.
Un final previsto tal y como se desarrolló la etapa, en la que el pelotón permitió escapadas hasta los 20 kms. antes de meta, cuando los equipos de los esprinters decidieron que ya no se concederían más licencias para la aventura. Y una jornada a eliminar del calendario que no supuso ningún cambio en la general, en la que Di Luca mantuvo las distancias. El líder del Liquigas guardó la prenda rosa que le acredita como líder con 26 sobre su compañero y compatriota Franco Pellizotti y 35 sobre Andrea Noe, también un hombre "de la casa". Patxi Vila -Lampre- se mantuvo como primer español, el duodécimo, a 1.17 del líder.
La etapa que dio paso a la jornada montañosa del viernes estuvo animada por el francés Mickael Buffaz –Cofidis- y por el joven ruso de 22 años Mijail Ignatiev -Tinkoff-, habitual en las escapadas e incansable en el protagonismo de la combatividad. Juntos cabalgaron en buen entendimiento, aún sin grandes rentas que justificaran su enorme esfuerzo. En el km. 118 Ignatiev, campeón olímpico de puntuación y mundial contrarreloj en Madrid'05, decidió sufrir en solitario, en una nueva demostración del gran futuro que tiene por delante. Pero el pelotón desplegó sus ansias con el Milram de Petacchi y el Predictor de Mcwen al frente, y sucedió lo normal, que el héroe de turno cedió ante la fuerza brutal de la mayoría.
A 20 kms de meta Ignatiev, con sonrisa incluida después de todo, pasó a formar parte del pelotón. A partir de ese momento se produjeron varios saltos, con la esperanza de que el alto de Le Macere sirviera de escenario para las emboscadas. Lo intentaron, entre otros, el español del Tinkoff Ricardo Serrano, después los italianos Sela y Bernucci, pero el esprint ya era una obsesión inaguantable para las minorías. Entres curvas y rotondas se colaron los lanzadores de los favoritos. Parecía claro que Petacchi volvería a "mojar", pero en la recta de llegada se desmadró el guión y Forster, enorme, se permitió levantar los brazos como indiscutible vencedor. El alemán tiró por tierra las apuestas.
Este viernes se disputa la sexta etapa entre Tivoli y Spoleto, de 177 kms de recorrido, con el ascenso del Terminillo, de 21 kms. y pendiente media del 6,6 por ciento, el Capistrello y el Forca di Cerro, una jornada apta para las emboscadas.
Un final previsto tal y como se desarrolló la etapa, en la que el pelotón permitió escapadas hasta los 20 kms. antes de meta, cuando los equipos de los esprinters decidieron que ya no se concederían más licencias para la aventura. Y una jornada a eliminar del calendario que no supuso ningún cambio en la general, en la que Di Luca mantuvo las distancias. El líder del Liquigas guardó la prenda rosa que le acredita como líder con 26 sobre su compañero y compatriota Franco Pellizotti y 35 sobre Andrea Noe, también un hombre "de la casa". Patxi Vila -Lampre- se mantuvo como primer español, el duodécimo, a 1.17 del líder.
La etapa que dio paso a la jornada montañosa del viernes estuvo animada por el francés Mickael Buffaz –Cofidis- y por el joven ruso de 22 años Mijail Ignatiev -Tinkoff-, habitual en las escapadas e incansable en el protagonismo de la combatividad. Juntos cabalgaron en buen entendimiento, aún sin grandes rentas que justificaran su enorme esfuerzo. En el km. 118 Ignatiev, campeón olímpico de puntuación y mundial contrarreloj en Madrid'05, decidió sufrir en solitario, en una nueva demostración del gran futuro que tiene por delante. Pero el pelotón desplegó sus ansias con el Milram de Petacchi y el Predictor de Mcwen al frente, y sucedió lo normal, que el héroe de turno cedió ante la fuerza brutal de la mayoría.
A 20 kms de meta Ignatiev, con sonrisa incluida después de todo, pasó a formar parte del pelotón. A partir de ese momento se produjeron varios saltos, con la esperanza de que el alto de Le Macere sirviera de escenario para las emboscadas. Lo intentaron, entre otros, el español del Tinkoff Ricardo Serrano, después los italianos Sela y Bernucci, pero el esprint ya era una obsesión inaguantable para las minorías. Entres curvas y rotondas se colaron los lanzadores de los favoritos. Parecía claro que Petacchi volvería a "mojar", pero en la recta de llegada se desmadró el guión y Forster, enorme, se permitió levantar los brazos como indiscutible vencedor. El alemán tiró por tierra las apuestas.
Este viernes se disputa la sexta etapa entre Tivoli y Spoleto, de 177 kms de recorrido, con el ascenso del Terminillo, de 21 kms. y pendiente media del 6,6 por ciento, el Capistrello y el Forca di Cerro, una jornada apta para las emboscadas.