El portavoz de Izquierda Unida en la Asamblea de Madrid, Fernando Marín, declaró: “Las salas alternativas siguen vivas y lo único que reclaman es que la Administración regional los ayude”. El director de cine Constantin Costa-Gavras denunció a la industria de la televisión, porque “sólo buscan crear productos para dejar a la audiencia contenta antes de irse a la cama”.
La “ayuda” de las Administraciones Públicas equivale siempre a la coacción sobre los recursos que los ciudadanos habrían gastado libremente, de haber podido hacerlo. Por lo tanto, no cabe alegar que “lo único” que reclama el teatro alternativo es “ayuda” pública, como si fuera una petición de poca monta. No lo es. Representa un respaldo a la coerción sobre el fruto del trabajo de los ciudadanos. Comprendo que a un señor de un partido como Izquierda Unida esa agresión le importe un ardite. Pero no puede pretender que creamos que no es una agresión.