La rápida intervención de dos de los muchos guardaespaldas que acompañaron a Fidel Castro en su viaje a Argentina evitó que el tirano cubano cayera al suelo tras sufrir un desvanecimiento.
Según informa en su último númeroInsight Magazine, Fidel Castro perdió el conocimiento el 25 de mayo en Buenos Aires. Sólo la rápida intervención de dos de sus acompañantes evitó que rodara por el suelo. Los “gorilas” que le custodiaban se percataron de que su Máximo Líder se desvanecía, por lo que se acercaron y le sujetaron por los brazos para evitar que se desplomara. Un diplomático argentino que cumplimentaba al coma-andante se sumó al esfuerzo de los guardaespaldas cubanos y no dudó en sujetar a Castro por el cinturón.
En el mes de junio del año 2001, Castro sufrió el que era hasta ahora su último desmayo público mientras pronunciaba un discurso en los alrededores de La Habana. Tras recuperarse rápidamente, el tirano caribeño aseguró que se había mareado por el calor y la humedad. Sin embargo, en Buenos Aires no hacía calor. Allí están en invierno. Tendrá que encontrar otro pretexto. De lo que ya no parece caber ninguna duda es de que los desvanecimientos deEsteban Didohan de ser frecuentes, sólo así se entiende lo atentos que están sus guardaespaldas para impedir que se caiga.
Castro tiene 76 años y, aunque es cierto que viene de una familia longeva, no va a vivir siempre. A partir de este momento, todas las miradas se vuelven a concentrar en el tic-tac del “reloj biológico” del cada vez más coma y menos andante. Por un medio o por otro, sus víctimas, más pronto que tarde, se acaban enterando de todo. Las próximas apariciones públicas del verdugo de nueve millones de cubanos serán de nuevo analizadas con lupa.
Según informa en su último númeroInsight Magazine, Fidel Castro perdió el conocimiento el 25 de mayo en Buenos Aires. Sólo la rápida intervención de dos de sus acompañantes evitó que rodara por el suelo. Los “gorilas” que le custodiaban se percataron de que su Máximo Líder se desvanecía, por lo que se acercaron y le sujetaron por los brazos para evitar que se desplomara. Un diplomático argentino que cumplimentaba al coma-andante se sumó al esfuerzo de los guardaespaldas cubanos y no dudó en sujetar a Castro por el cinturón.
En el mes de junio del año 2001, Castro sufrió el que era hasta ahora su último desmayo público mientras pronunciaba un discurso en los alrededores de La Habana. Tras recuperarse rápidamente, el tirano caribeño aseguró que se había mareado por el calor y la humedad. Sin embargo, en Buenos Aires no hacía calor. Allí están en invierno. Tendrá que encontrar otro pretexto. De lo que ya no parece caber ninguna duda es de que los desvanecimientos deEsteban Didohan de ser frecuentes, sólo así se entiende lo atentos que están sus guardaespaldas para impedir que se caiga.
Castro tiene 76 años y, aunque es cierto que viene de una familia longeva, no va a vivir siempre. A partir de este momento, todas las miradas se vuelven a concentrar en el tic-tac del “reloj biológico” del cada vez más coma y menos andante. Por un medio o por otro, sus víctimas, más pronto que tarde, se acaban enterando de todo. Las próximas apariciones públicas del verdugo de nueve millones de cubanos serán de nuevo analizadas con lupa.