Menú
Susana Moneo

Qué lástima, Zapatero

Muchos creyeron en una nueva etapa del PSOE. Aunque recordaban el precedente de Borrell, cautivo del siempre poderoso aparato del partido –ese fue su fallo–, algunos llegaron a pensar que Rodríguez Zapatero podría ser el Aznar del PSOE. Pero no lo ha sido.

Rehén de las miserias de un partido inoperante y anclado en el pasado, deudor de adhesiones inconfesables, hipotecado hasta las cejas con vetustos predecesores y herederos plenipotentes. Qué lástima.

A algunos nos duele comprobar que teníamos razón cuando, antes del XXXV Congreso, decíamos que Zapatero era el candidato virtual.

Continuamos a la espera de una oposición sincera, comprometida, honrada y con control.

Mal se puede querer controlar al Gobierno cuando todo sigue siendo un cúmulo de intereses inconfesables y vergonzantes.

A éste país le duele no tener oposición. No la hay. Como tampoco hay un líder de la oposición.

¿Zapatero? ¿Maragall? ¿Elorza?, ¿Patxi López?, ¿Ibarra? Únanlos a todos y no podrán hacer nada. Peor que el demoníaco cubo ese de los años 80.

Una vergüenza.

0
comentarios