En 1910, en el estreno de la Elektra de Richard Strauss en el Covent Garden londinense, el genial y carismático director de orquesta sir Thomas Beecham comprobó que los cantantes no estaban a la altura de las circunstancias y tomó expeditivas cartas en el asunto. "Los cantantes piensan que les van a escuchar y yo me voy a ocupar personalmente de que no sea así", dijo. E inmediatamente dio orden a la orquesta de que tocara progresivamente más y más fuerte.
Josep Piqué no ha estado a la altura de las circunstancias en su ejecución al frente del Ministerio de Ciencia y Tecnología. Y el director de orquesta, José María Aznar, seguramente más pendiente de otros asuntos de mayor importancia –no vamos a dudarlo–, lejos de cortar la situación de raíz le ha dejado que se instale en su papel de émulo de la Foster Jenkins, aquella soprano que no tenía voz ni tenía oído pero tenía padre banquero, con cuyo dinero organizaba sonados recitales y grabaciones donde nos legara la mayor colección de gallos de la historia del disco. También como ella, Piqué se ha mostrado inaccesible al desaliento ante la crítica y sordo a sus demandas.
El problema es que, a siete meses vista de las elecciones, poco se puede esperar que vaya a arreglar Juan Costa pese a su brillante pasado como hombre de Rato con una trayectoria exitosa en la primera reforma del IRPF y en las rebajas en la tributación de las pymes. Es muy poco tiempo, con el añadido de la incertidumbre en el Ministerio respecto a quién vendrá después y qué directrices marcará Rajoy si es que gana.
Al final, con tanta tontería, un ministerio que podría haber sido un gran vehículo para la introducción de la Sociedad de la Información en España ha terminado propiciando justo lo contrario, dejándonos los penúltimos –solo por encima de Grecia– en su desarrollo y con un rotundo fracaso del Plan Info XXI, por no recordar otros tristes atropellos como el cierre de los cibercafés. No deja de ser sorprendente que en última instancia hayan hecho mucho más por dar valor a Internet para el ciudadano dos ministerios que en principio mucho menos tenían que ver con el tema, como los de Hacienda y Cultura, con los servicios para la presentación de la declaración de la renta a través de Internet y la publicación en la Red de los archivos oficiales españoles.
Ha dicho Piqué al marcharse que le desea a su sucesor que lo haga mejor que él. Sinceramente, ya puede, ya.
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